En la provincia de Buenos Aires, las negociaciones paritarias entre el gobierno y los gremios estatales, docentes y judiciales han alcanzado un punto crítico. Tras el rechazo unánime de la primera oferta salarial del 7% en dos tramos (4% en mayo y 3% en julio), las partes se preparan para una nueva reunión el próximo 7 de mayo en el Ministerio de Trabajo, ubicado en La Plata.

La propuesta inicial fue considerada insuficiente por los sindicatos, quienes argumentan que no alcanza para compensar la pérdida de poder adquisitivo generada por la inflación, que en marzo alcanzó el 3,7%. Claudio Arévalo, secretario general de ATE, expresó: "Es necesario un mayor esfuerzo del Gobierno provincial para resolver la crisis económica que estamos atravesando los trabajadores". En la misma línea, el Frente de Unidad Docente Bonaerense (FUDB) y la Unión de Personal Civil de la Nación (UPCN) también rechazaron la oferta, exigiendo una mejora sustancial.

El conflicto se desarrolla en un contexto de alta inflación y tensiones económicas que afectan a todo el país. En febrero, los gremios habían acordado un aumento del 7%, pero la rápida erosión de ese ajuste debido a la inflación ha llevado a los sindicatos a demandar incrementos más significativos y cláusulas de ajuste automático. Además, los gremios han solicitado la restitución de beneficios como el 3% de antigüedad y la implementación de mesas técnicas sectoriales para abordar cuestiones específicas.

El gobierno de Axel Kicillof enfrenta una presión adicional debido al año electoral, donde la estabilidad social y económica es crucial. La administración provincial busca evitar un conflicto mayor que pueda impactar negativamente en su imagen, mientras los gremios mantienen una postura firme en defensa de los derechos de los trabajadores.

En paralelo, otras provincias como Santa Fe y Mendoza también enfrentan tensiones en sus negociaciones salariales, lo que subraya la magnitud del desafío económico que atraviesa el país. Analistas advierten que el desenlace de estas negociaciones en Buenos Aires podría sentar precedentes para otras jurisdicciones y sectores.

La próxima reunión será clave para determinar si se logra un acuerdo que satisfaga a ambas partes o si el conflicto se profundiza, con posibles repercusiones en la estabilidad social y política de la provincia y del país.