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8 de junio de 2025
Politica
Buenos Aires

A 30 años de la muerte de Onganía, el dictador de grandes bigotes y escaso intelecto que pretendió eternizarse en el poder

• A 30 años de la muerte de Onganía, se repasan su dictadura (1966-1970) y su impacto en Argentina. • Represión, censura y crisis social marcaron su gobierno. • Su legado sigue generando debate político y social.

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A treinta años de la muerte de Juan Carlos Onganía, la figura del ex presidente de facto argentino vuelve a ser objeto de análisis y debate. Onganía asumió el poder el 29 de junio de 1966 tras un golpe militar que derrocó al presidente constitucional Arturo Illia. Su llegada fue el resultado de una estrategia planificada por sectores militares y civiles que buscaban un cambio de rumbo en el país, en medio de una crisis política y económica.

Durante su gobierno, Onganía suspendió el funcionamiento de los partidos políticos, intervino las universidades nacionales y aplicó una fuerte censura sobre la prensa y la cultura. Una de las medidas más recordadas fue la intervención de la Universidad de Buenos Aires y la represión conocida como "La Noche de los Bastones Largos", que resultó en la renuncia y exilio de cientos de científicos y docentes, marcando el inicio de la primera gran fuga de cerebros en Argentina.

En el plano económico, su gestión estuvo marcada por la devaluación de la moneda, el congelamiento de salarios y el cierre de ingenios azucareros en Tucumán, lo que provocó desempleo y migración forzada de trabajadores. El plan económico, inspirado en modelos de reconstrucción europea y apoyado por organismos internacionales, benefició principalmente a grandes empresas y multinacionales, mientras que perjudicó a productores regionales y al sector agropecuario.

La represión a la protesta social y universitaria fue una constante. El Cordobazo, en mayo de 1969, significó un punto de inflexión: la unión de obreros y estudiantes en las calles de Córdoba fue respondida con violencia estatal, lo que aceleró la crisis del régimen. Tras una serie de protestas y la presión de las Fuerzas Armadas, Onganía fue obligado a renunciar en junio de 1970.

Después de su salida, Onganía se mantuvo alejado de la vida pública, residiendo en Buenos Aires y en el campo. Intentó regresar a la política en 1995, pero su candidatura no prosperó. Su legado, marcado por el autoritarismo, la represión y el impacto negativo en la educación y la economía, sigue siendo motivo de debate en la sociedad argentina, a la luz de las consecuencias que su gobierno dejó en el país.