El próximo 26 de octubre, Argentina vivirá un proceso electoral histórico con la implementación, por primera vez a nivel nacional, de la Boleta Única de Papel (BUP) en las elecciones legislativas. En estos comicios se renovarán 127 bancas de la Cámara de Diputados y 24 del Senado, y el nuevo sistema busca simplificar y transparentar el acto de votar.

A diferencia del método tradicional, donde los electores debían buscar la boleta de su preferencia entre múltiples opciones en el cuarto oscuro, la BUP reúne todas las listas y candidaturas en una sola hoja oficializada por la Cámara Nacional Electoral. Cada votante recibirá una única boleta y una birome oficial, con la que deberá marcar su elección en los casilleros correspondientes a diputados y, en algunas provincias, también a senadores.

La directora nacional electoral, María Luz Alegría Landívar, explicó que "lo importante es que la marca siempre la hagas adentro del recuadro blanco" y que cualquier señal clara, incluso un emoji, será considerada válida. Sin embargo, advirtió que marcar más de una opción en la misma categoría anula el voto, y que no marcar ninguna equivale a voto en blanco. Además, la boleta debe estar firmada por la autoridad de mesa y no puede ser retirada del recinto electoral.

El procedimiento es sencillo: el elector se identifica, recibe la BUP y la birome, marca su preferencia en una cabina de cartón que garantiza la privacidad, pliega la boleta y la deposita en la urna. Si se comete un error, se puede solicitar una nueva boleta, y cualquier objeto extraño o boleta rota anula el voto. En ocho provincias se elegirán senadores y diputados, mientras que en el resto solo se votará para diputados.

El nuevo sistema también introduce la posibilidad de que dos personas voten simultáneamente por mesa, agilizando el proceso. La Cámara Nacional Electoral ha puesto a disposición simuladores y canales de consulta para que los ciudadanos puedan practicar y resolver dudas antes de la jornada electoral.

Las autoridades electorales destacan que la BUP busca evitar faltantes de boletas, mejorar la transparencia y reforzar la seguridad del acto electoral. Se han desmentido rumores sobre biromes "borrables" y se ha enfatizado la cadena de custodia de las boletas. Aunque se reconoce el desafío de adaptación para la ciudadanía, se espera que la Boleta Única de Papel agilice y simplifique el proceso electoral en Argentina.