La muerte de Camilo Isabella Valenzi, un adolescente de 15 años, en el boliche Club XXI de Quilmes Oeste, conmocionó a la comunidad y abrió un intenso debate sobre la seguridad en locales nocturnos. El joven ingresó al establecimiento utilizando el documento de un amigo mayor de edad y, durante la madrugada, se descompensó frente al guardarropas. Fue asistido por otros jóvenes y trasladado de urgencia al Hospital Evita Pueblo de Berazategui, donde llegó sin vida.

La familia de Camilo denunció inicialmente que el adolescente había sido agredido dentro del boliche, señalando a un amigo como posible responsable. Sin embargo, el resultado de la autopsia, solicitado por la fiscalía a cargo de Jorge Saizar, descartó la presencia de lesiones compatibles con una agresión física. El informe forense determinó que Camilo falleció a causa de un shock hipovolémico provocado por una úlcera sangrante, cerrando prácticamente la causa por averiguación de causales de muerte.

A pesar de los resultados médicos, familiares y allegados continúan exigiendo justicia y piden testigos que puedan aportar información sobre lo ocurrido. En redes sociales, la hermana de Camilo publicó mensajes solicitando datos y visibilizando el caso, mientras amigos y vecinos expresaron su indignación y solidaridad.

El caso también puso en discusión la responsabilidad de los boliches en el control del ingreso de menores y la necesidad de protocolos de seguridad más estrictos para prevenir tragedias similares. Camilo era conocido en su barrio por ayudar a su familia y padecía convulsiones, lo que podría haber influido en su descompensación.

La investigación judicial sigue abierta, con la fiscalía recabando testimonios y analizando material fílmico. Mientras tanto, la comunidad de Quilmes despide a Camilo y reclama respuestas, en medio de un clima de dolor y demanda de justicia.