Un trágico incendio ocurrido en la madrugada del martes 23 de septiembre en la localidad de La Chimbera, departamento 25 de Mayo, San Juan, conmocionó a la comunidad local. El siniestro, que se desató en una vivienda precaria donde residía Danisa Aveiro junto a sus dos hijos menores, fue provocado por una vela utilizada para alumbrar, según confirmaron las pericias de Bomberos y la Justicia.

La tragedia se cobró la vida de Samara Abigail, una niña de 7 años, quien no logró escapar de las llamas. Su madre, de 24 años, sufrió quemaduras graves en gran parte de su cuerpo y permanece internada en estado crítico, con pronóstico reservado. En el momento del incendio, la joven madre logró rescatar a su bebé de un año, quien fue hospitalizado por intoxicación con monóxido de carbono y posteriormente dado de alta. Sin embargo, el menor permanece en el hospital a la espera de una decisión judicial sobre su tutela, dado el delicado estado de salud de su madre.

Vecinos y policías intentaron socorrer a la familia, pero la rápida propagación del fuego impidió el rescate de la niña. La vivienda, construida con materiales precarios y sin acceso a electricidad, fue consumida por las llamas en pocos minutos. El fiscal Sebastián Gómez confirmó que el incendio fue accidental y descartó cualquier intencionalidad, a pesar de que en un primer momento se especuló con posibles vínculos con una causa federal por narcotráfico que involucra a la madre y su pareja.

La familia de las víctimas expresó su dolor y agradecimiento por la ayuda recibida, pero también denunció que personas ajenas intentan aprovecharse de la tragedia para solicitar dinero en su nombre. "Hay gente que se aprovecha de la desgracia ajena para pedir", advirtió una hermana de Danisa Aveiro en redes sociales, aclarando el único alias autorizado para recibir colaboraciones.

La comunidad de San Juan permanece consternada por el hecho, mientras la Justicia continúa con investigaciones paralelas sobre la situación judicial de los padres y la tutela del menor sobreviviente. El caso pone en evidencia la vulnerabilidad de familias en situación precaria y la importancia de la solidaridad y el acompañamiento institucional ante tragedias de esta magnitud.