El Gobierno argentino decidió eliminar el financiamiento de los Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica (PICT), una medida que ha generado profunda preocupación en la comunidad científica y académica del país. La decisión, oficializada el 4 de diciembre por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (I+D+i), implica la cancelación de la principal vía de apoyo a investigaciones básicas y aplicadas, afectando a miles de investigadores y becarios.

Según fuentes oficiales, la eliminación de los PICT responde a la falta de fondos suficientes y a la necesidad de reducir la burocracia, además de una supuesta falta de alineación de los proyectos con los objetivos gubernamentales. Sin embargo, representantes del sector científico, como Valeria Levi de la Red Argentina de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (RAICyT), sostienen que la medida forma parte de una desarticulación del sistema científico nacional. "Si algo no funciona bien, no hay que cerrarlo, hay que arreglarlo", afirmó Levi, quien también denunció recortes salariales y la marginación del sector.

El impacto de la medida es significativo: los PICT financiaban hasta 6.000 proyectos y 1.200 becarios, con un presupuesto anual de 50 millones de dólares. En los últimos dos años, el sector sufrió recortes presupuestarios del 70%, y la Agencia I+D+i, del 76%. Además, becarios y proyectos seleccionados en 2022 y 2023 quedaron sin respuesta o en un limbo administrativo, lo que generó protestas y comunicados de rechazo por parte de universidades, el CONICET y redes de directores científicos.

El Gobierno anunció dos nuevos programas de financiamiento, Apoyo a la Investigación Científica (AIC) y START UP 2025, enfocados en áreas productivas como agroindustria, minería, energía y salud. Sin embargo, la comunidad científica advierte que esta reorientación deja de lado la ciencia básica, fundamental para la innovación y el desarrollo a largo plazo. "Sin ciencia básica, corremos el riesgo de perder toda la cadena", advirtió Fernando Peirano, ex presidente de la Agencia I+D+i.

La falta de apoyo a la ciencia básica podría afectar la educación universitaria, la innovación tecnológica y la soberanía nacional en áreas estratégicas. Ejemplos históricos, como el descubrimiento de los anticuerpos monoclonales, demuestran la importancia de sostener la investigación fundamental. Mientras el Gobierno defiende la reorientación de fondos, científicos y universidades insisten en que sin una política científica activa y sostenible, el país compromete su futuro.