La posible candidatura presidencial del pastor evangelista Dante Gebel ha generado un intenso debate en la política argentina, dividiendo opiniones tanto en el ámbito político como religioso. Gebel, conocido por su carisma y su éxito mediático, es impulsado por sectores sindicales y políticos, como el legislador Eugenio Casielles y el sindicalista Juan Pablo Brey, quienes ven en él una alternativa para las elecciones de 2027.

El surgimiento de Gebel como figura política ha provocado reacciones encontradas. El influencer libertario "Gordo Dan" criticó duramente la posibilidad de su postulación, calificándola de "artificial e impuesta desde arriba", en contraste con el fenómeno popular que llevó a Javier Milei al poder. Sin embargo, otros dirigentes y seguidores destacan la capacidad de Gebel para convocar multitudes y su mensaje de unidad nacional.

El fenómeno evangélico ha crecido notablemente en Argentina en los últimos 15 años, llegando a representar cerca del 20% de la población y logrando un bloque confesional en el Congreso. Este avance ha sido observado con atención por distintos sectores políticos, incluyendo al propio Milei, quien ha buscado acercamientos con líderes evangélicos.

Gebel, por su parte, se muestra cauto respecto a una eventual candidatura. En entrevistas recientes, no descartó la posibilidad de postularse, aunque enfatizó que su interés principal es aportar desde un rol más "oficial" y orgánico, evitando caer en el mesianismo. Analistas como Pablo Semán señalan que el contexto de crisis de los partidos tradicionales y la búsqueda de outsiders favorecen la aparición de figuras como Gebel, aunque advierten sobre los riesgos de confundir carisma mediático con capacidad de gestión política.

La irrupción de Gebel en la escena política también ha generado debates dentro del propio mundo evangélico, donde algunos líderes lo consideran demasiado abierto y otros lo ven como una oportunidad para fortalecer la unidad nacional. Columnistas y analistas advierten sobre la tendencia a convertir la política en espectáculo y la necesidad de exigir propuestas concretas y conocimiento de la gestión pública a quienes aspiran a cargos de responsabilidad.

En este contexto, la figura de Dante Gebel se convierte en un símbolo de los cambios y tensiones que atraviesan la política argentina, marcados por la irrupción de nuevos actores y la búsqueda de alternativas frente a la crisis de representación tradicional.