La reciente derrota de La Libertad Avanza (LLA) en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires generó una ola de autocrítica y debate interno en el espacio liderado por Javier Milei. Maximiliano Bondarenko, diputado electo por la tercera sección electoral y excomisario de la Policía Bonaerense, se convirtió en una de las voces más resonantes al vincular el revés electoral con el impacto del ajuste económico impulsado por el gobierno nacional.

En declaraciones a diversos medios, Bondarenko reconoció que el resultado adverso, con diferencias de entre 13 y 26 puntos frente a Fuerza Patria, refleja el malestar social ante la situación económica. "Mi mamá es jubilada, tiene 91 años y no llega a fin de mes. El día 15 para ella es fin de mes", ejemplificó el legislador electo, subrayando la dificultad que atraviesan los sectores más vulnerables, especialmente los jubilados, tras las políticas de ajuste.

El dirigente libertario admitió que "hay cuestiones que se van a tener que modificar" y que el espacio debe realizar una autocrítica profunda, no solo sobre la campaña sino sobre el rumbo político y económico de los últimos dos años. "El que sabe y tiene la batuta es el ciudadano, no la política. Nosotros somos servidores públicos y tenemos que aprender a escuchar", afirmó Bondarenko, marcando distancia de discursos que responsabilizan al electorado por la derrota.

El resultado electoral fue interpretado por Bondarenko como un "cachetazo" o llamado de atención de la sociedad, que exige respuestas concretas a los problemas cotidianos. A pesar de la derrota, el diputado electo destacó que LLA incrementó su presencia en la Legislatura bonaerense y en los concejos deliberantes de la provincia, lo que representa un desafío para demostrar que son "un espacio diferente".

Las declaraciones de Bondarenko contrastaron con las de otros referentes libertarios, algunos de los cuales culparon a la ciudadanía por la victoria del peronismo. El presidente Milei, por su parte, reconoció errores políticos pero ratificó el plan económico y descartó cambios en el régimen cambiario. La derrota profundizó la interna libertaria y reavivó críticas al equipo económico liderado por Luis Caputo, en un contexto de creciente demanda social por respuestas a la crisis.

El futuro del espacio libertario en la provincia de Buenos Aires dependerá, según los propios protagonistas, de la capacidad de autocrítica, escucha y adaptación a las demandas de la sociedad, en un escenario político marcado por la polarización y la incertidumbre económica.