Un control de tránsito realizado en la madrugada del domingo en la Ruta 7, a la altura del barrio Villa Obrera de Centenario, Neuquén, terminó en un episodio de violencia que expuso la tensión social generada por un reciente accidente fatal. El procedimiento, llevado a cabo por inspectores municipales y efectivos de la Comisaría Quinta, se desarrollaba con normalidad hasta que un Volkswagen Gol intentó evadir el operativo y fue interceptado a pocos metros.

Al realizar el test de alcoholemia, el conductor dio positivo. Sin embargo, la situación se tornó crítica cuando los agentes identificaron a la acompañante del vehículo: la mujer imputada por atropellar y causar la muerte de Elizabeth Martínez el pasado 1 de agosto en la misma ruta. Su presencia generó una reacción inmediata entre los vecinos y testigos, quienes la reconocieron y comenzaron a increparla con insultos. La tensión escaló rápidamente y derivó en agresiones físicas, mientras dos policías intentaban protegerla y solicitaban refuerzos para controlar la escena.

Según testigos, la mujer también habría agredido verbalmente a los inspectores y parecía estar bajo los efectos del alcohol, aunque no conducía el vehículo. El episodio no dejó lesiones graves ni detenciones, pero sí evidenció el clima de indignación que persiste en la comunidad tras el accidente fatal. La imputada, de 24 años, enfrenta cargos por homicidio culposo agravado, con medidas cautelares que le prohíben conducir y la obligan a presentarse semanalmente en la comisaría.

El caso de Elizabeth Martínez, quien murió tras ser embestida por un vehículo que cruzó en rojo y huyó del lugar, ha generado marchas pacíficas y reclamos de justicia por parte de familiares y vecinos. La zona de Ruta 7 registra varios antecedentes de accidentes graves, lo que ha incrementado la preocupación y el enojo social. Además, la mujer imputada tiene antecedentes de otro siniestro vial en 2024, donde su hijo resultó gravemente herido.

La investigación judicial continúa, mientras la familia de la víctima denuncia falta de respuestas por parte de las autoridades municipales y del Concejo Deliberante. El episodio de violencia en el control de tránsito refleja la tensión y el debate social sobre la reincidencia y la búsqueda de justicia en casos de accidentes viales graves.