El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó sus proyecciones de crecimiento para la economía argentina en su informe de octubre de 2025, reflejando una visión más cautelosa sobre la recuperación del país. Según el documento, el Producto Bruto Interno (PBI) argentino crecería 4,5% en 2025 y 4% en 2026, cifras que representan una reducción respecto a las estimaciones previas de 5,5% y 4,5% respectivamente. Además, el organismo internacional ajustó al alza sus previsiones de inflación, estimando un aumento anual de precios del 41,3% para 2025 y del 16,4% para 2026, lo que implica una desinflación más lenta de lo esperado.

El informe, presentado en Washington durante la Asamblea de Primavera del FMI y el Banco Mundial, atribuye el recorte de expectativas a factores internos como la consolidación fiscal y el menor impulso del consumo privado, así como a condiciones externas como la desaceleración global y el endurecimiento de las condiciones financieras. El FMI también proyecta un déficit de cuenta corriente de 1,2% del PBI en 2025 y un desempleo de 7,5%, ambos indicadores superiores a los previstos en informes anteriores.

En contraste, el gobierno argentino mantiene previsiones más optimistas en su proyecto de Presupuesto 2026, anticipando un crecimiento del 5% y una inflación del 10% para ese año. Sin embargo, analistas y consultoras locales advierten sobre una recesión técnica desde el segundo trimestre de 2025, con estancamiento de la actividad económica y dificultades para la recuperación del empleo y el poder adquisitivo.

El FMI subraya que la economía argentina, aunque crecería por encima de la media regional, enfrentará desafíos significativos debido a la persistencia de presiones inflacionarias y la sensibilidad de los mercados frente a las expectativas cambiarias. El organismo recomienda mantener la coherencia entre la política fiscal y monetaria para lograr una reducción sostenida de la inflación.

En el plano internacional, el informe destaca que la economía mundial se está adaptando gradualmente a las tensiones comerciales, aunque el crecimiento global sigue por debajo de los niveles prepandemia. El economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourrinchas, advirtió sobre el posible impacto de políticas antiinmigratorias en la inflación global y subrayó la importancia de mejorar la eficiencia del gasto público.

Las revisiones a la baja en las proyecciones argentinas reflejan la complejidad de la transición económica y la necesidad de políticas creíbles para estabilizar el entorno macroeconómico. El Banco Mundial también redujo sus estimaciones de crecimiento para el país, en línea con la tendencia observada en los principales organismos internacionales.