El mapa de arsénico y la situación del agua para consumo en Mar del Plata
- Nuevo mapa del ITBA revela niveles de arsénico en el agua en varias provincias argentinas. - Más de 4 millones de personas en riesgo por exposición prolongada. - Autoridades piden controles y transmiten tranquilidad en zonas bajo 50 ppb. #Salud #Argentina



El Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) presentó una actualización de su mapa nacional de arsénico, revelando la presencia de este contaminante en el agua de diversas regiones argentinas. El relevamiento, basado en más de 350 muestras de aguas superficiales y subterráneas, identificó niveles superiores a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en varias provincias, lo que podría afectar a más de cuatro millones de personas.
El mapa clasifica las zonas en tres niveles de riesgo: verde (menos de 10 partes por billón, considerado seguro), amarillo (entre 10 y 50 ppb, requiere seguimiento) y rojo (más de 50 ppb, no apto para consumo). En el partido de General Pueyrredon, por ejemplo, se detectaron 15 puntos amarillos, lo que indica la necesidad de monitoreo y estudios adicionales.
La exposición prolongada al arsénico puede provocar hidroarsenicismo crónico regional endémico (HACRE), una enfermedad reconocida en Argentina desde hace más de un siglo. Según especialistas, el HACRE se manifiesta inicialmente con alteraciones cutáneas y, en etapas avanzadas, puede derivar en cáncer de piel, pulmón y laringe, así como en enfermedades respiratorias crónicas y fibrosis pulmonar. "El principal peligro está en el consumo de dosis bajas de arsénico durante años, especialmente a través de agua de pozo en zonas donde el control es insuficiente", advirtió el toxicólogo Carlos Damin.
El arsénico presente en el agua argentina proviene mayormente de procesos geológicos naturales, relacionados con la formación de la Cordillera de los Andes. El Consejo Federal de Entidades del Servicio Sanitario (Cofes) y Aguas y Saneamientos Argentinos (AYSA) aseguraron que el agua de red cumple con los estándares sanitarios y que los riesgos más altos se encuentran en pozos particulares, fuera de los controles oficiales. "Afortunadamente, los estudios epidemiológicos recientes no muestran diferencias significativas en la salud entre quienes consumen agua con menos de 10 ppb y entre 10 y 50 ppb", señaló el Cofes.
La OMS recomienda un límite de 10 ppb, pero el Código Alimentario Argentino mantiene el máximo en 50 ppb hasta contar con más estudios locales. Expertos y autoridades recomiendan realizar controles regulares del agua de pozo y utilizar tecnologías de remoción de arsénico, como la ósmosis inversa. El ITBA, por su parte, promueve la participación ciudadana en el monitoreo y análisis de agua, facilitando el acceso a información actualizada sobre la calidad del recurso en todo el país.
El informe pone de manifiesto la necesidad de fortalecer los controles y ampliar el acceso a agua potable segura, especialmente en zonas rurales y periurbanas, para reducir los riesgos sanitarios asociados a la exposición prolongada al arsénico.
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