El presidente Javier Milei visitó este viernes la planta siderúrgica Sidersa en San Nicolás, en el norte de la provincia de Buenos Aires, como parte de su estrategia electoral de cara a las legislativas nacionales del 26 de octubre. El acto, centrado en la confirmación de la adhesión de Sidersa al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), reunió a funcionarios, trabajadores y representantes locales, en un contexto marcado por la búsqueda de votos antikirchneristas en una región donde el oficialismo sufrió derrotas recientes.

La actividad contó con la presencia protocolar del intendente Santiago Passaglia, quien, pese a ser invitado por el presidente, mantuvo una postura neutral y se abstuvo de expresar apoyo político a Milei o a La Libertad Avanza. "La participación es meramente institucional", señalaron desde el entorno de Passaglia, recordando que el jefe comunal también recibió al gobernador Axel Kicillof en actos previos. Passaglia, líder de la fuerza local Hechos, fue determinante en la fragmentación del voto antiperonista en la Segunda sección bonaerense, logrando más del 50% en las últimas elecciones provinciales y dejando a los libertarios en tercer lugar.

La visita de Milei se produjo en medio de un fuerte operativo de seguridad, con agentes de Gendarmería y Policía Federal resguardando el predio de Sidersa, mientras agrupaciones kirchneristas, sindicales y de izquierda se manifestaron en las inmediaciones en rechazo al acto presidencial. "No hay anunciada recorrida ni encuentro con el intendente", aclararon fuentes locales, subrayando el carácter cerrado y acotado del evento.

En el sector industrial, la inversión de Sidersa bajo el RIGI fue recibida con expectativas, aunque persisten críticas por la apertura de importaciones y la política cambiaria que afecta la competitividad. El gobierno nacional considera que una foto con Passaglia podría ser clave para atraer al electorado de Hechos, visto como afín al oficialismo en la disputa con el peronismo.

La jornada estuvo marcada por la tensión política y la movilización social, reflejando el clima de polarización y fragmentación que atraviesa la provincia de Buenos Aires en la antesala de las elecciones legislativas. El desenlace de la campaña y la capacidad de Milei para captar nuevos apoyos en territorios adversos serán determinantes para el futuro político del oficialismo.