El Sindicato de Camioneros atraviesa una de sus crisis más profundas tras la reciente denuncia de un presunto fraude millonario en el hotel sindical de Mar del Plata. La situación, que ha sacudido al gremio y al ámbito político, derivó en el desplazamiento de dos dirigentes clave: Paulo Villegas, secretario Tesorero, y Claudio Balazic, secretario Administrativo, ambos considerados parte del círculo de confianza de Hugo Moyano.

La denuncia, presentada el 12 de septiembre por Héctor “Yoyo” Maldonado ante la fiscalía N°10 de Mar del Plata, apunta a irregularidades en la gestión del Hotel 15 de Diciembre. Según trascendidos, el monto de la presunta estafa podría superar los 10 millones de dólares, aunque la cifra no fue confirmada oficialmente en la causa penal. El hotel, ubicado en el centro de Mar del Plata, permanece cerrado por reformas mientras avanza la investigación judicial.

Fuentes gremiales y judiciales coinciden en que la decisión de Moyano de apartar a Villegas y Balazic está directamente relacionada con la denuncia, aunque también se inscribe en el marco de una feroz interna familiar y sindical. Pablo Moyano, hijo del líder camionero y hasta hace poco número dos del sindicato, se encuentra distanciado de la conducción y enfocado en la presidencia del club Deportivo Camioneros. La ruptura entre padre e hijo se ha profundizado en los últimos años, con Pablo relegado de cargos clave y otros hijos de Moyano promovidos en la estructura gremial.

La crisis se agrava por la delicada situación financiera de la obra social del gremio, administrada por Liliana Zulet, esposa de Hugo Moyano. El déficit millonario y la necesidad de aportes extraordinarios de empresarios han generado tensiones internas y externas, mientras la Justicia investiga si existió un plan sistemático de desvío de fondos en el hotel sindical.

En este contexto, la purga de dirigentes es vista por algunos como un intento de Moyano de consolidar su liderazgo y neutralizar a posibles aliados de su hijo Pablo. Sin embargo, la incertidumbre persiste y la investigación judicial podría tener consecuencias de largo alcance para la conducción del sindicato y el futuro del clan Moyano.