La vicepresidenta Victoria Villarruel encabezó este viernes los actos oficiales por el 90° aniversario de la localidad de Río Mayo, en la provincia de Chubut, donde vivió parte de su infancia. La visita, de carácter institucional y personal, se desarrolló en medio de un clima político marcado por el escándalo de presuntas coimas que involucra a funcionarios del Gobierno nacional y genera tensiones internas en la Casa Rosada.

Villarruel fue recibida por el gobernador Ignacio Torres y el intendente Gustavo Loyaute, con quienes participó en el tradicional desfile, la inauguración de nuevas luminarias y un centro de monitoreo, así como el descubrimiento de una placa en homenaje a una ex funcionaria local. Durante su discurso, la vicepresidenta agradeció a la comunidad y recordó su paso por la localidad y la escuela pública, destacando el valor del federalismo y la necesidad de defender la Patagonia. “Fui muy feliz viviendo en Río Mayo. El recuerdo más querido de mi infancia fueron los meses en los que vivimos en el Regimiento del Ejército Argentino en Río Mayo”, expresó Villarruel, quien también visitó el regimiento y la escuela donde estudió.

El gobernador Torres, por su parte, subrayó la importancia de la Argentina federal y el apoyo a los productores locales, afirmando que “el pueblo chubutense y de Río Mayo tiene en la vicepresidenta una aliada que nos escuchó cada vez que necesitamos tratar un proyecto para reivindicar a esa Argentina federal”. El vicegobernador Gustavo Menna calificó la visita como un hecho de enorme relevancia institucional y destacó el reconocimiento a la historia del lugar.

La visita de Villarruel se produjo tras una semana de reveses legislativos para el Gobierno nacional, que incluyeron el rechazo de decretos y la sanción de la emergencia pediátrica en el Senado. En paralelo, la justicia federal avanza en la investigación por presuntas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), que involucra a figuras cercanas al presidente Javier Milei. Sin embargo, la vicepresidenta evitó referirse públicamente a las denuncias de corrupción, enfocando su mensaje en la unidad y el federalismo.

El evento fue interpretado como parte de la estrategia política de Villarruel para fortalecer su imagen en el interior del país y marcar distancia de la Casa Rosada, en un contexto de fragmentación de alianzas políticas en Chubut de cara a las próximas elecciones. La presencia de autoridades nacionales y provinciales fue valorada como un gesto institucional y de reconocimiento a la comunidad local.