Tucumán cerrará el año 2025 sin la esperada reforma electoral, luego de que el oficialismo provincial decidiera postergar el debate ante la falta de consenso entre las distintas fuerzas políticas. El gobernador Osvaldo Jaldo y el vicegobernador Miguel Acevedo confirmaron que no se logró el acuerdo necesario para tratar los cambios en la última sesión legislativa del año, pese a las reiteradas promesas y proyectos presentados desde 2015.

La reforma, que incluía propuestas como la implementación de la boleta única (electrónica o de papel), la reducción de los acoples y la paridad de género, fue objeto de intensos debates en la Legislatura. Acevedo, uno de los principales impulsores, reconoció que "no hubo consenso suficiente" y que la agenda seguirá abierta para futuras discusiones. "No lo tomo personal. Era consciente desde el primer día que no dependía sólo de mí, sino del consenso con legisladores y el Poder Ejecutivo", declaró en entrevista con LA GACETA.

Por su parte, el gobernador Jaldo remarcó que "nadie nos va a apurar" y que la prioridad es alcanzar la mejor reforma posible, con el mayor consenso. "Tenemos todo el año 2026 para seguir trabajando", afirmó, subrayando que el sistema electoral actual no incide en los resultados para el oficialismo, que ganó las últimas elecciones con más del 50% de los votos.

Desde la oposición, Lisandro Catalán (La Libertad Avanza) reclamó el cumplimiento de los compromisos asumidos y la implementación de un sistema moderno y transparente. Citó encuestas que muestran un respaldo social superior al 80% para la boleta única de papel y advirtió que la falta de avances es una deuda pendiente con la calidad democrática de la provincia.

Analistas y medios locales coinciden en que la presión interna del peronismo y la falta de voluntad real para modificar el sistema electoral han sido determinantes en la postergación. Tucumán sigue siendo la única provincia sin legislación de paridad de género y con un sistema de acoples ampliamente cuestionado. El debate continuará en 2026, con la expectativa de que se logren los consensos necesarios para una reforma profunda y efectiva.