La tradicional quema de muñecos de fin de año en La Plata atraviesa uno de sus momentos más tensos tras la clausura del muñeco temático de Avatar, ubicado en la intersección de avenida 31 y 40. Personal de Control Urbano colocó fajas de clausura y, junto a la empresa Edelap, procedió al corte del suministro eléctrico, impidiendo la realización de la "fiesta de cierre" prevista para la noche del sábado, que incluía la presentación de la cantante Rocío Quiroz y otras bandas locales.

El grupo organizador, conocido como "Muñe del Tanque", denunció que la medida fue sorpresiva y que, a pesar de haber presentado toda la documentación requerida y cumplido con los requisitos de seguridad, no recibieron respuesta oficial de la Municipalidad. "Nos clausuraron el muñeco con fajas, es una persecución en contra de nosotros. Tenemos el documento que presentamos a la municipalidad y que presentamos todos los años", expresó uno de los líderes del colectivo artístico. Además, señalaron que el evento era gratuito, contaba con ambulancia, baños químicos y seguro de responsabilidad civil.

Desde la empresa Edelap, en tanto, justificaron el corte de luz argumentando que la conexión era clandestina y representaba un riesgo para la red eléctrica y la seguridad pública. "El robo de energía sobrecarga la red, provoca daños en las instalaciones y afecta la calidad del servicio que reciben los usuarios correctamente conectados", indicaron voceros de la compañía.

La polémica se enmarca en una decisión municipal de restringir la quema de muñecos en el Casco Urbano, autorizando solo 22 estructuras para la celebración oficial. Esta medida, comunicada apenas una semana antes del evento, generó un fuerte rechazo entre los artistas y vecinos, quienes consideran inviable trasladar los muñecos a la periferia y advierten sobre el riesgo de perder una tradición con más de 40 años de historia. "Se está matando la tradición", lamentó uno de los creadores.

Mientras tanto, los grupos no autorizados elaboraron un mapa alternativo de momos y anunciaron que seguirán adelante con la quema, pese a las advertencias de posibles sanciones. El futuro de la emblemática celebración platense queda así envuelto en la incertidumbre, a la espera de nuevas definiciones por parte de las autoridades municipales.