Las últimas encuestas nacionales realizadas en diciembre revelan una profunda crisis de liderazgo en la oposición argentina. Según un análisis de siete consultoras, la mayoría de los encuestados no identifica a un referente claro entre los dirigentes opositores, lo que refleja una orfandad política que se mantiene desde la llegada de Javier Milei al poder.

En los sondeos, las respuestas más frecuentes a la pregunta sobre quién es el principal líder de la oposición fueron "Nadie" o "No sabe/No contesta", sumando cerca del 40%. Entre los nombres que sí aparecen, Axel Kicillof lidera con un 23,5%, seguido por Cristina Kirchner con un 19,8%. Mauricio Macri, en tanto, apenas alcanza el 4,5%, mientras que otros dirigentes como Sergio Massa, Juan Grabois, Nicolás del Caño y Maximiliano Pullaro tienen una presencia marginal.

La situación de Cristina Kirchner se ha visto afectada por su inhabilitación para ocupar cargos públicos debido a causas de corrupción, lo que ha debilitado su posición. Por su parte, Kicillof experimentó un repunte tras su victoria en la provincia de Buenos Aires, pero su imagen también se ha desinflado en los últimos meses.

Otra cuestión relevante abordada por las encuestas es la percepción sobre la responsabilidad de la crisis actual. El 44,6% de los consultados señala al gobierno anterior, encabezado por Alberto Fernández y Cristina Kirchner, como principal responsable, mientras que el 40,5% culpa a la gestión actual. Esta tendencia se mantiene desde el inicio del mandato de Milei, consolidando la idea de que el pasado reciente sigue pesando en la opinión pública.

El rechazo al kirchnerismo fue uno de los factores determinantes en el triunfo oficialista en las legislativas de octubre, pero las alternativas opositoras tampoco lograron capitalizar el descontento. Analistas coinciden en que la falta de figuras opositoras fuertes ha facilitado la consolidación del oficialismo y mantiene abiertas las expectativas sobre la gestión de Milei.

En este contexto, la oposición enfrenta el desafío de renovar su liderazgo y reconstruir su identidad política, mientras la sociedad argentina sigue buscando respuestas a la crisis y alternativas viables para el futuro.