El cierre del año político argentino estuvo marcado por una serie de enfrentamientos y tensiones entre figuras destacadas del oficialismo y la oposición, tanto en el Congreso como en el ámbito público. Juan Grabois, referente social y diputado, protagonizó cruces con la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, en defensa de los cuidacoches, y luego trasladó su protesta a Lanús, ambos municipios bajo la órbita de La Cámpora. Mendoza respondió con desdén, a lo que Grabois replicó con declaraciones contundentes sobre las internas del peronismo, afirmando: “la interna entre La Cámpora y Kicillof me la paso por las bolas”.

En el Congreso, el clima no fue menos tenso. El senador José Mayans, con más de dos décadas en la Cámara Alta, calificó de “inoperante” a Patricia Bullrich, quien asumió como senadora hace apenas dos semanas. La crítica fue considerada prematura por algunos, dado el escaso tiempo de Bullrich en el cargo. Por su parte, el recinto fue escenario de una pelea verbal entre las senadoras Victoria Huala (PRO) y Cándida López (kirchnerismo), que incluyó insultos y gritos. Días antes, López denunció haber sido víctima de agresiones y “tocamientos impúdicos” durante un forcejeo por la ocupación de un despacho, lo que sumó tensión al ambiente legislativo.

En el plano económico, el ministro Luis Caputo volvió a generar repercusión al afirmar que “hay que ir eliminando la dependencia argentina de Wall Street”, en un contexto de reservas escasas y vencimientos de deuda inminentes. La frase fue interpretada como una muestra de la compleja situación financiera que enfrenta el gobierno de Javier Milei.

Estos episodios reflejan la fragmentación interna en el peronismo y la oposición, así como la persistente polarización política. El Congreso cierra el año con un clima de confrontación y escasa cooperación entre bloques, mientras la situación económica sigue siendo delicada. De cara a 2026, el escenario anticipa desafíos de gobernabilidad y la necesidad de diálogo para superar la crisis.