Este domingo 31 de agosto, la provincia de Corrientes vivirá una jornada electoral decisiva en la que más de 950 mil ciudadanos están habilitados para elegir gobernador, vicegobernador, legisladores provinciales y autoridades municipales en 73 localidades. La elección, desdoblada de la nacional para facilitar la logística y evitar confusiones, se presenta como una de las más competitivas de los últimos años, con cuatro candidatos principales concentrando la atención y la posibilidad de un balotaje si ningún postulante supera el umbral requerido.

La disputa por la gobernación se centra en Juan Pablo Valdés, actual intendente de Ituzaingó y hermano del gobernador saliente Gustavo Valdés, quien lidera la alianza oficialista Vamos Corrientes. Valdés encabeza las encuestas con el 35,8% de intención de voto y ha prometido mantener el equilibrio fiscal, modernizar el Estado y promover el desarrollo industrial. Su cierre de campaña en la capital contó con el respaldo de gobernadores y dirigentes nacionales, consolidando su perfil de continuidad.

Por el lado opositor, Martín Ascúa, intendente de Paso de los Libres y candidato de Limpia Corrientes, se posiciona como la principal alternativa, con un discurso centrado en el cambio y la denuncia de concentración de poder tras 24 años de gobierno radical. Ascúa ha prometido obras públicas orientadas a educación y vivienda, y cuestiona la gestión actual por falta de soluciones a los problemas provinciales.

Lisandro Almirón, diputado nacional y referente de La Libertad Avanza, busca replicar el modelo libertario en Corrientes, apoyándose en la figura de Javier Milei y en consignas como "Kirchnerismo Nunca Más". Su cierre de campaña estuvo marcado por incidentes y denuncias de "violencia política", lo que generó tensión en la recta final.

El exgobernador Ricardo Colombi, por Encuentro por Corrientes, también se muestra competitivo y apela a la racionalidad del electorado, destacando su modelo social y diferenciándose de propuestas meramente económicas.

La capital provincial, con el 33% del padrón, será determinante en el resultado, mientras que la logística electoral y la fiscalización han sido objeto de reclamos opositores. La veda electoral, iniciada el viernes 29, busca garantizar la transparencia y el orden durante el proceso.

La elección no solo definirá el próximo gobernador, sino que impactará en la distribución del poder legislativo y municipal, marcando el rumbo político de Corrientes para los próximos años. De no haber mayoría clara, el balotaje previsto para el 21 de septiembre será el escenario decisivo.