La vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, visitó la planta de neumáticos FATE en la localidad bonaerense de Victoria, en el marco de la celebración del Día de la Industria. Durante la recorrida, Villarruel fue recibida por autoridades de la empresa y recorrió las distintas etapas del proceso productivo, destacando el papel de la industria nacional como motor de desarrollo y soberanía.

Sin embargo, la visita estuvo marcada por un tenso intercambio con Alejandro Crespo, secretario general del Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA). Crespo le entregó personalmente una carta en la que el gremio denunció despidos, reducción de la producción y la apertura de importaciones, atribuyendo la crisis del sector a las políticas económicas del gobierno libertario y a la reciente aprobación de la Ley Bases, en la que Villarruel tuvo un rol determinante al desempatar la votación en el Senado.

En el documento, el sindicato señaló que la habilitación de importaciones indiscriminadas ha permitido a las empresas reducir la plantilla y rebajar salarios, en un contexto de recesión económica generalizada. Además, el SUTNA recordó el impacto histórico de la dictadura militar en la fábrica, repudiando la presencia de Villarruel por su postura sobre el terrorismo de Estado y las persecuciones sufridas por la clase obrera en ese período.

Villarruel, por su parte, respondió al sindicalista que "hay que dar un paso hacia la unión nacional" y pidió acercamiento entre los distintos sectores. No obstante, evitó pronunciarse públicamente sobre los reclamos gremiales y mantuvo un tono institucional en sus declaraciones, enfocándose en el valor del trabajo argentino y la necesidad de fortalecer la industria.

El conflicto en el sector del neumático se ha intensificado en los últimos meses, con despidos y suspensiones en las principales fábricas del país, como Bridgestone y Pirelli, que han reducido su producción y reemplazado mano de obra local por productos importados. El SUTNA exige la reincorporación de los trabajadores despedidos y una resolución inmediata de la paritaria sectorial, mientras critica la pasividad de la dirigencia nacional de la CGT.

La visita de Villarruel a FATE, en medio de la crisis industrial y las tensiones sindicales, refleja las diferencias internas en el gobierno y la creciente preocupación por el futuro del empleo y la producción nacional. El episodio pone de manifiesto la necesidad de diálogo y consenso para enfrentar los desafíos del sector y garantizar la defensa de los derechos laborales en un contexto económico adverso.