El triple femicidio de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez en Florencio Varela conmocionó a la sociedad argentina y puso en evidencia una compleja trama de narcotráfico, explotación sexual y vulnerabilidad social. Las jóvenes, de entre 15 y 20 años, desaparecieron tras subir a una camioneta en la rotonda de La Tablada, en La Matanza. Cinco días después, sus cuerpos fueron hallados enterrados en el jardín de una casa en Villa Vatteone, Florencio Varela, con signos de tortura extrema y mutilaciones.

La investigación, liderada por el fiscal Adrián Arribas, permitió la detención de nueve personas y la identificación de tres prófugos con pedido de captura internacional. Entre los implicados figuran operadores narco con antecedentes en Perú y vínculos con bandas internacionales. El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, confirmó que los sospechosos fueron ubicados en la escena del crimen mediante cámaras, testimonios y registros telefónicos. Uno de los aspectos más escalofriantes del caso es la presunta transmisión en vivo de parte del crimen, confirmada por una de las detenidas.

El móvil del triple homicidio sería el robo de un cargamento de cocaína y la filtración de información a una banda rival, en una represalia brutal. Las víctimas estaban vinculadas a circuitos de explotación sexual y consumo de drogas sintéticas como tussi, fenómeno creciente en el conurbano bonaerense. Vecinos y militantes habían realizado denuncias previas por trata y explotación sexual, pero la justicia y la policía no actuaron con la celeridad necesaria.

Las familias de las jóvenes, junto a organizaciones sociales, reclaman justicia y visibilizan la exclusión social y la falta de oportunidades que atraviesan los sectores más vulnerables. "No le dieron oportunidades a mi hija. Nada. A los jóvenes no le dan nada. Solamente que se prostituyan o aten bolsas para los transas", expresó Leonel del Castillo, padre de una de las víctimas. El caso revela la penetración de organizaciones criminales en el país y la necesidad de políticas de protección y prevención para jóvenes en riesgo.

El triple femicidio de Florencio Varela es un llamado de atención sobre la violencia estructural, la impunidad y la urgencia de respuestas estatales integrales para enfrentar el narcotráfico, la explotación sexual y la exclusión social.