Pupy, la última elefanta africana que permanecía en el Ecoparque porteño, falleció este viernes por la noche en el Santuario de Elefantes Brasil, ubicado en Chapada dos Guimarães, estado de Mato Grosso. El deceso se produjo tras varios días de problemas gastrointestinales y un colapso repentino, pese a la asistencia veterinaria y la administración de medicamentos que habían permitido cierta estabilidad en su salud.

La elefanta, de 35 años, había sido trasladada en abril de 2025 desde el Ecoparque de la Ciudad de Buenos Aires, donde vivió en cautiverio desde 1993. El viaje, de más de 2700 kilómetros, marcó el cierre de un proceso iniciado en 2016, cuando el antiguo zoológico porteño fue reconvertido en un espacio dedicado a la conservación y bienestar animal. Antes del traslado, especialistas trabajaron en su adaptación a la caja de transporte y realizaron controles médicos exhaustivos para garantizar su seguridad.

En el santuario, Pupy experimentó una notable transformación: exploró el bosque, se socializó con otros elefantes y encontró compañía en Kenya, otra elefanta trasladada desde Buenos Aires. Los cuidadores relataron que, aunque su tiempo en libertad fue breve, pudo vivir experiencias que le habían sido negadas durante décadas. "Fue vista, querida y nunca estuvo sola", expresaron en el comunicado oficial.

La noche de su muerte, Pupy perdió el apetito y expulsó aproximadamente 1,5 kilos de piedras negras, lo que agravó su estado. Al recibir agua, se tambaleó y colapsó, mientras Kenya permanecía cerca, velando por ella. La veterinaria Trish, presente en el santuario, intentó estabilizarla, pero la elefanta falleció en pocos minutos. Posteriormente, se inició una autopsia para determinar la causa exacta de la muerte, cuyos resultados podrían demorar hasta tres meses debido a las secuelas de una vida en cautiverio.

La reacción de Kenya, quien se recostó junto al cuerpo de Pupy durante la noche, fue interpretada por el equipo como una muestra de lazos profundos entre los animales. La comunidad conservacionista lamentó la pérdida de Pupy, pero valoró el cierre de una etapa de cautiverio en Argentina y el esfuerzo por mejorar la calidad de vida de los elefantes rescatados. En los próximos días, el santuario difundirá información sobre la adaptación de Kenya y el impacto de la partida de su compañera.