El gobierno argentino, a través de la Agencia Nacional de Puertos y Navegación (ANPyN), avanza en la etapa final del proceso de licitación internacional para la concesión del dragado y balizamiento de la Hidrovía Paraná-Paraguay, una de las principales arterias del comercio exterior del país. El pliego de licitación, que supera las 900 páginas, fue publicado con un plazo de diez días para recibir observaciones de los interesados, en un intento de evitar los errores que llevaron al fracaso de la licitación anterior.

Entre las novedades más relevantes, se destaca la bonificación del 16,7% en la tarifa de peaje para los buques que utilicen el Canal Martín García, medida que tendrá vigencia por 30 días a partir del 5 de diciembre de 2025. Esta decisión busca incentivar el uso de la vía y reducir los costos logísticos en un contexto de apertura comercial impulsado por el gobierno nacional.

El pliego establece requisitos técnicos estrictos para los oferentes, como la posesión de dragas modernas y experiencia comprobada en grandes volúmenes de dragado, además de excluir a empresas controladas por estados extranjeros, una medida que apunta principalmente a evitar la participación de compañías chinas. También se prohíbe la participación de Uniones Transitorias de Empresas (UTEs), exigiendo en su lugar la constitución de Sociedades de Propósito Específico en Argentina.

El dragado mínimo requerido se eleva a 40 pies, lo que permitirá la navegación de barcos de mayor calado y capacidad, beneficiando especialmente a las provincias del noreste argentino. Sin embargo, expertos advierten que la profundización del Canal Punta Indio podría consolidar la dependencia del eje Montevideo-Buenos Aires y reducir la viabilidad de alternativas nacionales como el Canal Magdalena, lo que podría afectar la competitividad y la capacidad de negociación de la Argentina en materia de fletes y costos logísticos.

El proceso de selección de la concesión combina una evaluación técnica y económica, con garantías onerosas para eventuales impugnaciones, lo que ha generado críticas sobre la transparencia y la posibilidad de que se repitan conflictos o sospechas de favoritismo. Sectores productivos y autoridades provinciales ven en la licitación una oportunidad para expandir la frontera agrícola y mejorar la competitividad exportadora, aunque persisten dudas sobre el impacto de las restricciones geopolíticas y técnicas en la competencia y los costos finales para los usuarios.

La licitación de la Hidrovía se presenta así como un desafío estratégico para el país, con implicancias de largo plazo en la organización del sistema portuario, logístico y comercial argentino.