La industria argentina atraviesa una de sus crisis más profundas bajo la administración de Javier Milei, con la pérdida de al menos 126.000 empleos desde su asunción, según datos oficiales del INDEC y SIPA. El sector manufacturero, especialmente el textil y metalúrgico, ha sido duramente golpeado por la caída de ventas, la apertura de importaciones y la falta de políticas industriales activas.

En las últimas semanas, varias plantas industriales anunciaron despidos masivos. Entre los casos más emblemáticos se encuentra el cierre de la planta de Whirpool en Pilar, que dejó a 220 trabajadores sin empleo, y el despido de 150 empleados en una fábrica de motos en Santa Fe. El sector textil, por su parte, opera apenas al 37% de su capacidad instalada y ha perdido 14.000 puestos de trabajo tras el cierre de 333 empresas entre 2023 y 2025.

La preocupación por el avance de las importaciones chinas fue el eje central de un reciente evento empresario en el Centro de Convenciones de Buenos Aires, donde ejecutivos como Paolo Rocca, CEO de Techint, advirtieron sobre la dificultad de competir "contra un Estado" y reclamaron una "apertura inteligente" que defienda la estructura productiva nacional. "La destrucción del empleo en la industria es un problema, dado que aún no queda claro qué sector podrá absorber estos puestos de trabajo", señaló el economista Martín Alfie.

A pesar del contexto adverso, la senadora Patricia Bullrich fue ovacionada por el empresariado al presentar la reforma laboral impulsada por el oficialismo, aunque la iniciativa es rechazada por la oposición y los gremios. La CGT anunció una movilización a Plaza de Mayo para repudiar la reforma, mientras que empresarios insisten en la necesidad de una reforma tributaria más profunda.

El gobierno sostiene que la salida está en el desarrollo de sectores como minería, energía y agro, aunque estos generan poco empleo. Sindicatos y analistas advierten que la repetición de políticas de apertura y ajuste ya fracasaron en el pasado y ponen en riesgo el entramado productivo nacional. El debate sobre el futuro de la industria argentina sigue abierto, en un contexto de creciente tensión social y económica.