La Ciudad de Buenos Aires vivió una jornada histórica con la 21° edición de La Noche de los Museos, que reunió a más de 1.200.000 personas en una celebración cultural sin precedentes. Desde las 19 hasta las 2 de la madrugada, más de 300 espacios culturales abrieron sus puertas de manera gratuita, permitiendo que familias, jóvenes y adultos disfrutaran de una amplia variedad de actividades, talleres, exposiciones y espectáculos en todos los barrios porteños.

El acto inaugural tuvo lugar en la terraza del Centro Cultural Recoleta, donde la reconocida artista Marta Minujín presentó su instalación efímera "La Torre de Pisa de Spaghettis", una estructura de 20 metros de altura compuesta por 20.000 paquetes de fideos. Minujín agradeció la masiva concurrencia y destacó el apoyo constante del público argentino a la cultura. “Los argentinos siempre apoyan la cultura, que es un placer y es gratis”, afirmó la artista, quien también adelantó detalles de sus próximos proyectos.

El evento se caracterizó por la diversidad de propuestas: desde talleres creativos para niños y adultos, hasta recorridos temáticos por museos emblemáticos como el Museo Nacional de Bellas Artes, el MALBA, la Usina del Arte y el Museo Evita. La programación incluyó performances musicales, exposiciones históricas y actividades interactivas, permitiendo que los asistentes participaran activamente y se llevaran recuerdos, como los paquetes de fideos entregados en la instalación de Minujín.

El transporte público gratuito, incluyendo subtes, colectivos y bicicletas, facilitó el acceso a los distintos barrios y sedes, incentivando el movimiento de los participantes y promoviendo la integración urbana. La edición 2025 sumó nuevos espacios, como la Casa de la Cultura, y celebró aniversarios de figuras destacadas como Antonio Berni, reforzando el carácter inclusivo y educativo del evento.

Autoridades locales resaltaron el impacto positivo de La Noche de los Museos en la vida cultural de la ciudad, subrayando su capacidad para democratizar el acceso al arte y fortalecer el sentido de comunidad. El público, por su parte, respondió con entusiasmo y participación activa, consolidando al evento como un hito anual que trasciende divisiones ideológicas y generacionales. La jornada dejó en claro que Buenos Aires es una ciudad que vive y celebra la cultura de manera colectiva y entusiasta.