Una travesía deportiva organizada por la Municipalidad de Corrientes y el club Deportivo El Puente estuvo a punto de terminar en tragedia el pasado sábado, cuando una barcaza de gran porte cruzó el recorrido de nadadores y kayakistas en el río Paraná. El incidente, que fue registrado en varios videos y rápidamente viralizado en redes sociales, generó alarma entre los participantes y sus familias, así como un debate público sobre la seguridad en eventos náuticos.

Según relataron testigos y participantes, la barcaza atravesó el canal principal de navegación justo cuando el grupo de deportistas realizaba la travesía entre las playas Molina Punta y Arazaty II. "Corran, corran, que los agarra la corriente", se escucha en uno de los videos, mientras los nadadores y kayakistas intentan alejarse desesperadamente de la embarcación. Afortunadamente, no se registraron víctimas ni heridos graves, aunque algunos sufrieron raspones y el susto fue generalizado.

Claudia Miño, una de las nadadoras, relató que fue succionada por la barcaza y permaneció casi un minuto bajo el agua, logrando sobrevivir gracias a su entrenamiento y la rápida intervención de la Prefectura Naval. "Sé que esa barcaza no tenía que estar ahí. Tengo entendido de que Prefectura le había dado orden de que no continúe y se mandó igual", denunció Miño, quien solo sufrió lesiones leves.

Tras el incidente, la Comisión Deportiva El Puente emitió un comunicado lamentando lo sucedido y comprometiéndose a trabajar junto a las autoridades competentes para que algo así no vuelva a repetirse. La Municipalidad de Corrientes y Prefectura Naval iniciaron una investigación para determinar las causas y responsabilidades, especialmente sobre la falta de cierre del canal de navegación para embarcaciones mayores durante la competencia.

El episodio reavivó el recuerdo de la Tragedia del Paraná de 2010, cuando ocho nadadores murieron en una competencia de aguas abiertas entre Encarnación y Posadas. Desde entonces, se han exigido mayores controles y coordinación en eventos náuticos, pero persisten riesgos en zonas de tránsito fluvial intenso. El incidente actual vuelve a poner en discusión la fragilidad de la seguridad en competencias deportivas sobre el río Paraná y la necesidad de extremar los protocolos para evitar tragedias futuras.