Enero suele ser un mes de alta tensión para el mercado cambiario argentino, y 2026 no parece ser la excepción. La demanda de dólares aumenta por motivos estacionales y por la necesidad de afrontar importantes vencimientos de deuda externa, en un contexto de reservas internacionales debilitadas. El próximo 9 de enero, el país deberá pagar 4.212 millones de dólares a acreedores privados, lo que representa el 10% de las reservas brutas del Banco Central, mientras que el total de vencimientos en moneda extranjera para el mes asciende a 4.678 millones de dólares.

Durante la última década, el dólar ha subido en promedio un 8,5% en enero respecto a diciembre, y en años pares la suba fue aún mayor, alcanzando un 11,8%. En 2024, el incremento llegó al 18,3%. Este patrón se repite en 2026, donde la presión sobre el tipo de cambio se ve agravada por un saldo negativo de reservas netas de casi 16.000 millones de dólares, según la metodología del FMI.

El gobierno, encabezado por Javier Milei, ha implementado diversas estrategias para contener la suba del dólar, como la emisión de títulos ajustables, ventas de dólares del Tesoro y operaciones en bloque fuera del mercado tradicional. Sin embargo, el financiamiento obtenido recientemente no alcanzó las metas oficiales y la tasa de interés fue superior a la esperada. Además, el déficit de la cuenta corriente y la presión del FMI para modificar el esquema de bandas cambiarias desde enero complican aún más el panorama.

Se espera que el dólar mayorista alcance los 1.565 pesos a fin de mes, lo que podría provocar un rebrote inflacionario y una reducción de la demanda interna. El gobierno ha priorizado el equilibrio externo y la acumulación de reservas, incluso a costa del consumo y el poder adquisitivo de las familias. "Teníamos claro que por el tipo de ajuste que estábamos haciendo, era muy probable que el impacto más fuerte se sintiera durante el primer trimestre, por lo tanto, era importante hacerlo durante vacaciones, para que la gente no se enterara tanto", reconoció el presidente Milei en un discurso ante empresarios.

Mientras tanto, los operadores financieros ven con buenos ojos la recalibración cambiaria si contribuye a reducir el riesgo país y facilitar el acceso a los mercados internacionales. Sin embargo, persisten las críticas por el impacto social del ajuste y la incertidumbre sobre la capacidad del gobierno para cumplir simultáneamente con las obligaciones de deuda y abastecer el mercado de cambios. El desenlace de este enero será clave para el rumbo económico de los próximos meses.