La tasa de desempleo en Argentina descendió al 6,6% en el tercer trimestre de 2025, según datos oficiales del Indec, lo que representa una baja de 0,3 puntos porcentuales respecto al año anterior. El gobierno nacional celebró la noticia, destacando la creación de 238.000 nuevos puestos de trabajo en el último año. Sin embargo, un análisis más detallado revela que el 83% de estos nuevos empleos corresponden a trabajos informales o cuentapropistas, lo que evidencia un deterioro en la calidad del empleo.

La informalidad laboral alcanzó al 43,3% de los ocupados, el nivel más alto de los últimos años. El crecimiento del empleo se explica casi exclusivamente por el aumento de cuentapropistas informales, es decir, personas que trabajan por su cuenta sin estar registradas ni realizar aportes. "No estamos hablando de choferes de aplicaciones, sino de gente que vende comida desde su casa, albañiles que no facturan, feriantes o pequeños fletes", explicó Daniel Schteingart, director de Desarrollo Productivo Sostenible de Fundar.

El empleo asalariado formal, tanto en el sector privado como en el público, se mantiene estancado o en retroceso. En el sector privado, el empleo registrado cayó un 3% interanual, mientras que el cuentapropismo informal creció un 12,1%. En regiones como el Gran Rosario, el desempleo incluso aumentó, alcanzando el 8,9%.

El gobierno de Javier Milei impulsa una reforma laboral para facilitar la contratación y reducir la informalidad, pero los resultados aún no se reflejan en los datos. Sindicatos y analistas advierten que el mercado laboral se ajusta por calidad y no por cantidad, lo que implica un aumento de la precarización. "El trabajo por cuenta propia es hoy la categoría más dinámica, no porque haya más emprendedores, sino porque muchas personas no encuentran otra alternativa para generar ingresos", señaló Luis Campos, investigador de la CTA Autónoma.

La migración hacia la informalidad también tiene consecuencias sobre el sistema previsional, ya que menos trabajadores registrados implica menores aportes y dificultades para el pago de jubilaciones futuras. Mientras tanto, la economía argentina muestra señales de recuperación macroeconómica, pero la mejora no se traduce en un bienestar social generalizado. El desafío para el gobierno será lograr que el crecimiento del empleo se refleje en una mejora de la calidad laboral y en una mayor inclusión en el mercado formal.