El Gobierno argentino oficializó la creación del Centro Nacional Antiterrorista (CNA) mediante el decreto 717/2025, presentado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el jefe de la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE), Sergio Neiffert. El nuevo organismo funcionará bajo la órbita de la SIDE, mientras que la faz operativa dependerá del Ministerio de Seguridad, marcando un esfuerzo por fortalecer la coordinación nacional en la lucha contra el terrorismo y el extremismo violento.

El anuncio se realizó el 7 de octubre de 2025, en coincidencia con el segundo aniversario de los ataques de Hamás a Israel, un hecho que la ministra Bullrich consideró simbólico para subrayar el compromiso argentino frente a amenazas internacionales. "El terrorismo no se combate con improvisación. Se combate con inteligencia, cooperación nacional e internacional, planificación y acción concreta", afirmó Bullrich durante la conferencia de prensa en Buenos Aires.

El CNA tendrá como principales funciones la recepción, integración y análisis de información sobre amenazas terroristas, el diseño de estrategias específicas y la coordinación entre diversos organismos estatales. Entre los ministerios y agencias involucrados se encuentran Defensa, Seguridad, Justicia, Economía, Interior, Cancillería, la Unidad de Información Financiera (UIF), la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) y la Dirección Nacional de Migraciones. Además, se prevé la colaboración con provincias, municipios y entidades públicas y privadas, así como la posibilidad de cooperación internacional.

La creación del CNA responde a recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) y toma como referencia los modelos implementados en Estados Unidos y España tras los atentados de 2001 y 2004. El decreto destaca la necesidad de fortalecer los procedimientos de coordinación, emplear técnicas especiales de investigación y mantener reuniones periódicas entre especialistas en inteligencia.

El Ministerio Público Fiscal fue invitado a integrar el CNA, aunque hasta el momento no se ha formalizado su participación. El organismo funcionará con un protocolo de acción inmediata ante amenazas, buscando una respuesta integrada y efectiva en todo el territorio nacional.

El contexto argentino incluye antecedentes de atentados terroristas, como los ocurridos en la Embajada de Israel en 1992 y la AMIA en 1994, ambos sin resolución definitiva. El Gobierno sostiene que la nueva estructura pretende evitar la repetición de episodios similares y mejorar la prevención y el esclarecimiento de hechos vinculados al terrorismo.

Sin embargo, la iniciativa ha generado preocupación entre organismos de derechos humanos y expertos, quienes advierten sobre el riesgo de discrecionalidad en la definición de "terrorista" y el posible uso político del CNA. También se señala la inclusión de militares en tareas de seguridad interior y el secretismo que podría rodear al funcionamiento del organismo. A pesar de las críticas, el Gobierno insiste en que el CNA representa un avance en la protección de la sociedad argentina frente a amenazas globales, alineándose con tratados internacionales y estándares de seguridad.