El Gobierno argentino se encuentra en la recta final para afrontar un vencimiento clave de deuda externa por aproximadamente 4.200 millones de dólares el próximo 9 de enero de 2026. El ministro de Economía, Luis Caputo, ha delineado una estrategia que busca evitar el default y reducir la histórica dependencia del país respecto a los mercados internacionales, especialmente Wall Street.

Hasta el momento, el Tesoro ha logrado reunir entre 1.800 y 2.600 millones de dólares a través de la colocación de bonos en el mercado local, compras de divisas y la privatización de activos estatales, como las concesiones de represas hidroeléctricas. Caputo ha descartado, por ahora, la emisión de nueva deuda bajo legislación extranjera y apuesta a mecanismos alternativos como préstamos REPO con bancos internacionales y el desarrollo del mercado de capitales local. "El objetivo es ir eliminando la dependencia que el país tiene con Wall Street. ¿Lo vamos a poder lograr? Nosotros creemos que sí", afirmó el ministro en redes sociales.

El presidente Javier Milei, por su parte, ratificó la voluntad de pago del Gobierno: "Argentina va a pagar, no tengan dudas", aseguró en una entrevista radial. El Banco Central, en tanto, alcanzó un récord de reservas, superando los 43.000 millones de dólares, lo que refuerza la posición negociadora del país.

La reciente aprobación del Presupuesto 2026 en el Senado es vista como un paso importante hacia la normalización institucional y la reducción del riesgo país, que actualmente ronda los 550 puntos básicos. El Gobierno espera que, tras el pago de enero y la consolidación política, el indicador caiga a 400 puntos, facilitando el acceso a financiamiento internacional a tasas más bajas.

Sin embargo, persisten desafíos. La reforma laboral, considerada clave para destrabar inversiones y reducir costos, fue postergada por falta de consenso político. Sectores sindicales y de izquierda critican el ajuste fiscal y la orientación pro-mercado de las reformas, mientras que analistas de mercado observan con cautela la capacidad del Gobierno para reunir los fondos restantes sin recurrir a deuda externa.

En este contexto, el Fondo Monetario Internacional sigue de cerca el cumplimiento de las metas fiscales y los pagos de deuda. El Gobierno, por su parte, apuesta a la disciplina fiscal, la acumulación de reservas y la venta de activos estatales como pilares para evitar un nuevo default y sentar las bases de una recuperación económica sostenible.