El teniente general Carlos Alberto Presti asumió como nuevo ministro de Defensa de la Nación en una ceremonia realizada en el Salón Blanco de la Casa Rosada, presidida por el presidente Javier Milei. Con esta designación, Presti se convierte en el primer militar en ocupar la conducción política del Ministerio de Defensa en la historia institucional moderna de Argentina, marcando un cambio significativo en la tradición de conducción civil del área.

La asunción de Presti estuvo acompañada por la presencia de la cúpula del Poder Ejecutivo y del embajador de Estados Unidos, Peter Lamelas, lo que refuerza el alineamiento geopolítico entre ambos países. La asistencia del diplomático estadounidense fue interpretada como una señal de la estrecha cooperación militar y política que el gobierno de Milei busca consolidar con Washington.

Sin embargo, la llegada de Presti no estuvo exenta de tensiones internas. La ausencia del jefe de la Armada en la ceremonia evidenció el malestar dentro de las Fuerzas Armadas, especialmente por la decisión de Presti de mantener su rango militar en paralelo a su cargo político, una situación inédita que generó críticas entre los uniformados. Fuentes castrenses señalaron que la falta de una "limpieza" más profunda en la cúpula militar y la continuidad de figuras consideradas cercanas a la gestión anterior han generado descontento y expectativas de cambios futuros.

En el plano administrativo, el saliente ministro Luis Petri ordenó una auditoría integral sobre la gestión de la obra social militar IOSFA, que enfrenta una deuda estimada en 250 mil millones de pesos y múltiples reclamos por deficiencias en las prestaciones. La auditoría, a cargo de la Unidad de Auditoría Interna, busca esclarecer la evolución financiera del instituto entre 2019 y 2025 y sentar las bases para una gestión más transparente y eficiente.

La nueva gestión de Defensa también implica cambios en la Secretaría de Asuntos Internacionales, con el nombramiento del teniente coronel retirado Daniel Enrique Martella, y en la cúpula de las Fuerzas Armadas, donde la Armada recupera la jefatura del Estado Mayor Conjunto después de tres décadas. Estos movimientos reflejan la intención del gobierno de fortalecer la profesionalización y la cooperación internacional, especialmente con Estados Unidos e Israel.

El futuro del Ministerio de Defensa estará marcado por la consolidación de la presencia militar en la conducción política, la resolución de la crisis en IOSFA y la redefinición de las relaciones internas y externas de las Fuerzas Armadas argentinas.