La tasa de desempleo en Argentina descendió al 6,6% durante el tercer trimestre de 2025, según el informe publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Este dato representa una baja de 0,3 puntos porcentuales respecto al mismo período del año anterior y de 1 punto frente al trimestre previo. El descenso se produjo en un contexto de crecimiento económico interanual del 3,3%, aunque el empleo formal continúa mostrando signos de debilidad.

El informe oficial destaca que el crecimiento del empleo se explica principalmente por el aumento de trabajadores informales, que representan el 43,3% de los ocupados. Dentro de este grupo, el cuentapropismo y el trabajo sin aportes jubilatorios han ganado protagonismo, mientras que el empleo asalariado formal sigue cayendo. Además, el 28,2% de los ocupados trabaja más de 45 horas semanales, lo que evidencia un incremento de la sobreocupación como mecanismo para sostener los ingresos en un contexto de presión sobre los salarios reales.

A nivel regional, el Gran La Plata registró una tasa de desocupación del 8,1%, superando la media nacional y la del Conurbano bonaerense. En esta región, más de 120.000 personas enfrentan problemas de empleo, y la subocupación afecta al 12,1% de los trabajadores. Las mujeres jóvenes y adultas continúan siendo las más afectadas por el desempleo, según los datos relevados.

El escenario laboral se conoció mientras el Congreso postergó hasta febrero el tratamiento de la reforma laboral impulsada por el gobierno, que busca fomentar la creación de empleo formal y reducir los costos laborales. La iniciativa generó fuertes objeciones sindicales y reparos de distintos sectores, y la Confederación General del Trabajo (CGT) se movilizó en rechazo a la propuesta.

Especialistas advierten que la mejora en los indicadores generales no se traduce necesariamente en mayor estabilidad o calidad del empleo. "El ajuste del mercado laboral volvió a ser vía calidad y vía precio", señaló la consultora LCG, al destacar la sustitución de empleo asalariado por cuentapropismo y la persistencia de elevados niveles de informalidad. El debate sobre el tipo de empleo creado y la capacidad de las reformas para modificar la dinámica laboral sigue abierto, en un contexto de crecimiento económico heterogéneo y presión sobre el mercado de trabajo.