Brenda Barattini, la arquitecta condenada en 2019 a 13 años de prisión por mutilar los genitales de su amante en Córdoba, fue liberada bajo el régimen de libertad condicional tras casi ocho años de detención. La decisión fue tomada por el juez de Ejecución Facundo Moyano Centeno, quien consideró los informes favorables sobre el desempeño educativo, laboral y conductual de Barattini durante su tiempo en la cárcel de Bouwer.

El ataque, ocurrido el 25 de noviembre de 2017, conmocionó a la sociedad argentina. Según la investigación judicial, Barattini utilizó una tijera de podar para agredir a su amante durante un encuentro íntimo, mientras la víctima tenía los ojos vendados. El hombre logró sobrevivir gracias a la rápida intervención de una vecina y a las posteriores cirugías reconstructivas. La Justicia determinó que existió planificación previa y desestimó la versión inicial de abuso sexual alegada por la acusada.

Durante su reclusión, Barattini completó numerosos cursos y estudios universitarios, lo que le permitió acceder a una reducción de la condena conforme a la ley. El fiscal de Ejecución Penal, Martín Berger, explicó que "cumplidos los dos tercios de la condena y tras evaluar el comportamiento y los informes psicológicos, se consideró que la penada estaba en condiciones de acceder a la libertad condicional".

Como parte de las condiciones impuestas, Barattini deberá fijar domicilio en Comodoro Rivadavia, su ciudad natal, someterse a tratamiento psicológico ambulatorio y reportarse mensualmente ante la Agencia de Supervisión local. Además, mantiene una orden de restricción de mil metros respecto a la víctima. El incumplimiento de cualquiera de estas condiciones podría derivar en la revocación del beneficio y su regreso a prisión hasta 2030, fecha en la que vence la condena original.

El caso Barattini continúa generando debate en la sociedad argentina, tanto por la gravedad del hecho como por las implicancias del proceso de resocialización y reinserción social de personas condenadas por delitos graves.