Argentina cerrará 2025 con la inflación anual más baja de los últimos ocho años, según estimaciones de analistas y datos oficiales. El índice de precios al consumidor (IPC) se ubicará entre 31,1% y 31,7%, un descenso significativo respecto al 211,4% registrado en 2023 y al 117,8% de 2024. Este resultado representa un cambio de tendencia tras años de alta inflación y es considerado uno de los principales logros del gobierno de Javier Milei en su primer bienio.

El acumulado de inflación entre enero y noviembre fue de 27,9%, mientras que para diciembre se proyecta un incremento mensual de entre 2,5% y 3%. Factores como el aumento del precio de la carne —que subió 8,5% en diciembre y 51,6% desde julio— y la recomposición de tarifas de servicios públicos ejercieron presión sobre los precios en el último trimestre del año. Sin embargo, la apertura importadora contribuyó a moderar los aumentos en rubros como textiles, indumentaria y electrodomésticos.

Entre mayo y agosto, la inflación mensual se mantuvo por debajo del 2%, pero desde septiembre comenzó a incrementarse gradualmente, alcanzando 2,1% en septiembre, 2,3% en octubre y 2,5% en noviembre. A pesar de estas subas, el cierre anual se mantendrá en niveles históricamente bajos para la última década.

En perspectiva histórica, la inflación de 2025 solo es superada por la de 2017 (24,8%) y, según algunos registros, la de 2015. Durante el gobierno anterior, la inflación acumulada fue de 1.146%, con un fuerte impacto en los niveles de pobreza, que actualmente afecta a cerca de 18 millones de personas.

Economistas consultados destacan la rapidez del proceso de desinflación y el papel del ajuste fiscal en este resultado. "El proceso de desinflación fue más rápido de lo que muchos preveían gracias al ancla fiscal estricta", señaló Ricardo Arriazu, de Arriazu Macroeconomistas. Sin embargo, advierten que la baja de la inflación debe consolidarse con crecimiento económico y mejoras en el empleo y los ingresos para revertir el impacto social de años de alta inflación.

El presupuesto aprobado para 2026 prevé una inflación del 10,1%, aunque analistas consideran que esta proyección es optimista y dependerá de la continuidad de las políticas actuales y del contexto internacional. El desafío para el gobierno será sostener la tendencia bajista y traducirla en mejoras concretas para la población.