Las autoridades argentinas y peruanas lograron un avance clave en la investigación del triple femicidio de Lara Gutiérrez, Morena Verdi y Brenda del Castillo, ocurrido en Florencio Varela. Tony Janzen Valverde Victoriano, conocido como "Pequeño J", y Matías Agustín Ozorio, ambos señalados como los principales responsables del crimen, fueron detenidos en Lima, Perú, tras una intensa búsqueda internacional.

Según fuentes policiales, Ozorio, de nacionalidad argentina, será expulsado de Perú en las próximas horas mediante un trámite administrativo acelerado por su condición de extranjero. En cambio, "Pequeño J", de nacionalidad peruana, enfrentará un proceso de extradición que podría demorar entre 30 y 60 días, de acuerdo a la legislación local. El coronel Percy Pizarro Ramón, jefe de la Oficina de Inteligencia de la Dirección Antidrogas de la Policía Nacional de Perú, explicó que ambos sospechosos planeaban huir a la ciudad de Trujillo, pero fueron interceptados gracias a la coordinación entre fuerzas de ambos países.

La captura fue posible en parte por el testimonio de la novia de "Pequeño J", quien aportó información clave sobre su paradero y permitió a los investigadores rastrear sus movimientos a través de su teléfono celular. Además, la violencia del crimen motivó a otras organizaciones criminales a colaborar con las autoridades para facilitar la detención de los acusados.

Hasta el momento, hay nueve personas detenidas por su presunta vinculación con el caso, y la policía busca al menos a tres prófugos más, entre ellos los ocupantes de los vehículos utilizados para trasladar a las víctimas. El fiscal Adrián Arribas confirmó que las víctimas conocían a "Pequeño J" y que la principal hipótesis apunta a móviles económicos y de drogas, aunque la investigación continúa abierta y se esperan nuevos allanamientos y detenciones en los próximos días.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, destacó la cooperación internacional y subrayó la importancia de esclarecer un caso que ha generado gran conmoción social por su brutalidad y por el trasfondo de violencia de género y narcotráfico. El caso sigue en desarrollo, con la expectativa de que las pericias a los teléfonos incautados aporten más pruebas para avanzar en la causa.