A menos de un mes de las elecciones legislativas, el gobierno de Javier Milei enfrenta una de sus etapas más críticas. La economía argentina atraviesa una nueva corrida cambiaria, con el dólar superando los 1500 pesos y el riesgo país en niveles alarmantes. El reciente anuncio de un swap de 20.000 millones de dólares por parte de Estados Unidos, celebrado por el oficialismo, no logró frenar la desconfianza de los mercados ni estabilizar la situación financiera.

El respaldo internacional, condicionado a los resultados electorales del 26 de octubre, se suma a una serie de escándalos políticos que golpean al gobierno. El diputado José Luis Espert, figura clave en la provincia de Buenos Aires, enfrenta denuncias por presuntos vínculos con el narcotráfico y corrupción, lo que ha generado tensiones dentro de La Libertad Avanza y preocupación en aliados como Patricia Bullrich. El Congreso investiga además a funcionarios cercanos al presidente por presunta corrupción y obstrucción a la justicia, mientras la secretaria general Karina Milei evita comparecer ante el Legislativo.

En el plano económico, la suspensión temporal de retenciones benefició a grandes exportadoras, pero generó malestar entre productores rurales y demandas penales contra funcionarios. La recesión se profundiza, el consumo cae y la industria atraviesa su peor momento en décadas. Sectores sindicales y opositores advierten sobre el daño acumulativo y llaman a un cambio de rumbo urgente.

El oficialismo, debilitado por derrotas legislativas y presiones internas, enfrenta el desafío de reconstruir confianza tanto en los mercados como en la sociedad. El expresidente Macri y gobernadores aliados exigen cambios de gabinete y mayor profesionalismo en la gestión. La incertidumbre domina el panorama político y económico, y el futuro de Milei dependerá en gran medida del resultado electoral y de su capacidad para responder a las crecientes demandas de cambio.