El peronismo argentino vive una etapa de profunda transformación política, marcada por la pérdida de influencia de Cristina Fernández de Kirchner y el avance de los gobernadores provinciales como nuevos actores centrales. En los últimos días, una serie de movimientos políticos y reuniones estratégicas han puesto de manifiesto la intención de los mandatarios de Fuerza Patria de ganar autonomía y protagonismo en la toma de decisiones partidarias, desplazando el tradicional liderazgo de la ex presidenta y de La Cámpora.

La reunión celebrada en la Casa de La Pampa en Buenos Aires, con la presencia de gobernadores como Axel Kicillof, Gildo Insfrán, Gerardo Zamora, Gustavo Melella, Ricardo Quintela y Elías Suárez, fue una muestra clara de este proceso. Allí, los mandatarios discutieron la estrategia legislativa y la postura frente a la reforma laboral, impositiva y el presupuesto nacional, en un contexto de ajuste económico y tensiones con el gobierno de Javier Milei. Según fuentes presentes, la mayoría de los gobernadores busca que el foco político del peronismo se traslade a las provincias y se aleje de la agenda ambacentrista que identifican con Cristina Kirchner.

El debilitamiento de la ex presidenta se acentuó tras su condena judicial y la inhabilitación para ocupar cargos públicos, lo que limita su capacidad de conducción institucional. Sin embargo, Cristina conserva una fuerte influencia simbólica y electoral, y su base de militancia sigue movilizándose en su defensa. A pesar de ello, los recientes resultados electorales adversos en la provincia de Buenos Aires han reavivado las críticas hacia su liderazgo y han abierto el debate sobre la necesidad de renovar los liderazgos dentro del peronismo.

En este escenario, Axel Kicillof emerge como uno de los principales referentes de la nueva etapa, buscando autonomía y proyectando una posible candidatura presidencial para 2027. Gerardo Zamora también aparece como figura con aspiraciones nacionales. Los gobernadores insisten en la protección de las autonomías provinciales y en la defensa de los recursos frente a las políticas centralistas del gobierno nacional.

El futuro del peronismo parece atravesar un proceso de transición, en el que la influencia de Cristina Kirchner se mantiene pero está condicionada por su situación judicial y la evolución de las internas partidarias. La pregunta central para el espacio es cómo balancear el legado de la ex presidenta con la urgencia de renovar liderazgos, una decisión que podría definir la estrategia del partido en los próximos años.