Máximo Kirchner, presidente del PJ bonaerense y diputado nacional, protagonizó un encendido discurso durante la inauguración del Ateneo Néstor Kirchner en el conurbano bonaerense, donde defendió a su madre, la expresidenta Cristina Kirchner, de las acusaciones internas que la responsabilizan por la reciente derrota electoral del peronismo ante La Libertad Avanza.

En su intervención, Kirchner calificó de "vergüenza" que se intente culpar a Cristina por el resultado de los comicios legislativos del 26 de octubre, señalando que "son todos hombres echándole culpa a una mujer". "¿Cómo puede ser entonces que algunos responsabilicen a la mujer que no puede salir de su casa, mientras los que pueden salir se esconden cuando los resultados salen mal?", cuestionó ante la militancia reunida de Florencio Varela, Berazategui y Quilmes.

El líder de La Cámpora defendió el legado político de su madre y de Néstor Kirchner, recordando que "las tres veces que fue en una boleta presidencial, las tres veces ganó, y las tres veces ganó el pueblo argentino y el peronismo". Además, reivindicó la actitud militante de su padre tras su fallecimiento en 2010, contrastando con otros dirigentes que, según él, "se fueron a descansar tras las elecciones".

El acto se desarrolló en un clima de fuerte tensión interna, profundizada por la carta pública de Cristina Kirchner, quien responsabilizó al gobernador Axel Kicillof y a los intendentes bonaerenses por el desdoblamiento de las elecciones, considerado por la exmandataria como un error político que facilitó el triunfo opositor. Esta postura generó malestar en el entorno de Kicillof y reacciones de apoyo por parte de los jefes comunales.

En su análisis económico, Máximo Kirchner denunció la fuga de capitales y la concentración de ingresos, afirmando que "se llevaron 6 mil millones de dólares para afuera" y criticó el endeudamiento externo. También se manifestó en contra de la reforma laboral impulsada por el presidente Javier Milei, advirtiendo que "lejos de integrar y contener a las mayorías trabajadoras, las excluyen y someten".

Finalmente, Kirchner llamó a "dar pelea" y a reconstruir el peronismo desde la adversidad, instando a la militancia a no rendirse y a mantener el respeto por quienes "lo dan todo cada día". El evento dejó en evidencia la profundización de la interna peronista y la necesidad de redefinir estrategias políticas de cara al futuro.