El Gobierno nacional reforzó en los últimos días la seguridad en edificios federales y domicilios de jueces de la Corte Suprema, tras una serie de amenazas e intimidaciones que se intensificaron luego de la confirmación de la condena a la expresidenta Cristina Kirchner en la causa Vialidad. Entre los principales afectados se encuentran los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, quienes recibieron mensajes intimidatorios y pintadas en sus viviendas, especialmente en la ciudad de Santa Fe, donde Rosatti fue blanco de ataques directos.

La situación escaló con la detención de Roberto "Cachorro" Acosta, un militante peronista que admitió haber realizado pintadas amenazantes contra Rosatti. Acosta, con antecedentes de violencia política, fue liberado tras declarar y reconoció su responsabilidad en los hechos. Paralelamente, se registraron ataques y vandalismo contra medios de comunicación como TN, Radio Rivadavia, Neura y Olga TV, lo que motivó la intervención de la justicia y el refuerzo de la custodia policial en puntos estratégicos como Comodoro Py, el Palacio de Tribunales, el Congreso y la Plaza de Mayo.

El clima de tensión se vio reflejado en comunicados de repudio emitidos por la Junta de Presidentes de Cámaras Nacionales y Federales, la Federación Latinoamericana de Magistrados y la Asociación de Fiscales, quienes expresaron su "extrema preocupación" por la violencia institucional y defendieron la independencia del Poder Judicial. El Foro de Periodismo Argentino (Fopea) también denunció un clima de intolerancia y advirtió sobre los riesgos para la libertad de prensa y la democracia.

En el plano político, el Partido Justicialista de Santa Fe calificó a Rosatti de "traidor" y colgó banderas en su contra, mientras sectores kirchneristas impulsan marchas y manifestaciones. La polarización política y social se ha profundizado, generando preocupación por la convivencia democrática y el respeto a las instituciones. Las autoridades llaman a la reflexión y al respeto por la independencia judicial y la libertad de expresión, en un contexto de creciente tensión y vigilancia reforzada.