La figura de Karina Milei, secretaria general de la Presidencia y hermana del presidente Javier Milei, se ha convertido en el eje de la mayor crisis política y económica que enfrenta el gobierno argentino desde su asunción. Medios internacionales como The Wall Street Journal y Financial Times han publicado análisis críticos sobre el impacto de los recientes escándalos de corrupción y la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, señalando a Karina Milei como el principal problema político del oficialismo.

El artículo de The Wall Street Journal, firmado por Ryan Dubé y Silvina Frydlewsky, sostiene que el vínculo entre los hermanos Milei, inicialmente percibido como una fortaleza, ahora representa un flanco débil que amenaza el rumbo del plan libertario. Karina Milei está en el centro de acusaciones por supuestos sobornos de laboratorios vinculados a contratos oficiales, lo que ha dañado la imagen de Javier Milei como outsider anticorrupción. Aunque el Ejecutivo niega las denuncias, las consecuencias ya se sienten: la imagen presidencial quedó golpeada y La Libertad Avanza sufrió un traspié en las recientes elecciones provinciales.

Según una encuesta de Synopsis, casi el 60% de los argentinos considera que Karina Milei debería dejar el cargo. El politólogo Andrés Malamud declaró al WSJ: "Ella es quien decide quién entra y quién queda afuera. Milei se concentra en la economía, la política es de Karina". El artículo destaca que Karina Milei no solo arma listas y define candidaturas, sino que también controla el acceso al presidente, negocia en el Congreso y representa al gobierno en foros internacionales.

La derrota electoral en Buenos Aires, donde La Libertad Avanza cayó frente al peronismo por una diferencia de 13 puntos, generó preocupación en los mercados: el peso argentino cayó un 4% y los bonos soberanos bajaron seis centavos por dólar antes de una recuperación parcial. Financial Times remarca que la recuperación económica se desaceleró drásticamente y que la desilusión de los votantes se reflejó en los resultados bonaerenses. Además, la falta de acuerdos legislativos y el veto presidencial a aumentos de jubilaciones profundizaron la crisis política.

El contexto histórico muestra que Karina Milei pasó de ser vendedora de tortas en Instagram a figura central del gobierno, consolidando su influencia en la política interna y en la percepción de los mercados. El primer año de Milei estuvo marcado por la caída de la inflación y un sólido apoyo popular, pero la curva cambió en mayo tras el triunfo libertario en la Ciudad de Buenos Aires, cuando las malas noticias comenzaron a acumularse para el gobierno.

Mientras el oficialismo defiende a Karina como colaboradora imprescindible, la oposición la acusa de ejercer un poder desmedido que desgasta al propio presidente. Analistas políticos y ciudadanos reflejan desilusión y desconfianza en la gestión, mientras Javier Milei reafirma públicamente la importancia de su hermana en el proyecto libertario. El futuro de las reformas económicas y la gobernabilidad dependerán en gran medida de cómo el presidente maneje el desgaste político asociado a la figura de Karina Milei, especialmente de cara a las elecciones legislativas del 26 de octubre.