Un brutal crimen sacudió a la localidad de Guaymallén, Mendoza, luego de que César Darío Rodas, de 41 años, fuera hallado asesinado, descuartizado y parcialmente incinerado en una vivienda del barrio Las Cañas. El hecho fue descubierto el miércoles por la noche, tras la denuncia de un familiar que recibió imágenes del torso quemado de la víctima a través de WhatsApp, enviadas por la principal acusada, Adriana Valeria Suárez, de 40 años.

Suárez, quien cumplía prisión domiciliaria por antecedentes de robo agravado, confesó el crimen ante la policía y alegó que actuó en defensa de sus hijas menores, acusando a Rodas de intentar abusar de ellas. Sin embargo, la fiscalía descartó la existencia de abuso físico tras las pericias realizadas a las menores, quienes fueron apartadas del domicilio y asistidas por equipos interdisciplinarios.

La investigación, a cargo de la fiscal Andrea Lazo, determinó que Rodas fue sometido a una golpiza y tortura durante varias horas antes de ser asesinado. Posteriormente, su cuerpo fue desmembrado y parte de los restos fueron quemados en una parrilla, mientras que otros fueron consumidos por los perros de la casa. Junto a Suárez, fue imputado Marcelo Rubén Altamirano, de 35 años, como coautor del homicidio agravado con ensañamiento, delito que prevé la pena de prisión perpetua. Un tercer hombre, presente en la vivienda, fue liberado tras ser considerado testigo clave.

El caso generó conmoción en el barrio, donde vecinos relataron antecedentes conflictivos de la acusada y la presencia constante de menores en la vivienda. La fiscalía continúa investigando si existió algún tipo de planificación previa en el crimen y mantiene la asistencia a las hijas de Suárez. El hecho reavivó el debate sobre la violencia extrema y la protección de menores en contextos vulnerables, mientras la causa avanza hacia un juicio por jurados.