El sector turístico argentino atraviesa una profunda crisis tras las vacaciones de invierno de 2025, con una caída del 11,2% en el impacto económico respecto al año anterior. Según fuentes del sector, la industria acumula 18 meses consecutivos de descenso tanto en el turismo interno como en el receptivo, lo que ha generado preocupación por la pérdida masiva de empleos y un fuerte desequilibrio en la balanza comercial.

Sergio Castro, exdirector nacional de Planificación y Desarrollo del Ministerio de Turismo y Deportes, advirtió que "las cifras son catastróficas" y que "son 18 meses consecutivos de caída en las dos columnas vertebrales que tiene la industria". Castro destacó que el turismo genera más de un millón de puestos de trabajo y que, incluso en temporada alta, la ocupación hotelera apenas alcanza entre el 60% y el 70%. "Eso significa que 300.000 puestos de trabajo se pierden. Sin turismo interno no hay posibilidad de desarrollo", remarcó.

En cuanto al turismo receptivo, Castro señaló que "por cada dos argentinos que viajan al exterior, menos de una persona ingresa al país", lo que provocó un agujero de 11.000 millones de dólares en la balanza comercial en los últimos 18 meses. "En marzo, Argentina tomó un crédito con el FMI de 20.000 millones de dólares. Más de la mitad se destinó a cubrir este desfasaje, originado por un dólar barato para los argentinos y por el aumento de costos, que es la tercera bomba que golpea al sector y a cualquier actividad con valor agregado", explicó.

En Mendoza, la situación fue similar. Marcelo Reynoso, director de Desarrollo Turístico e Innovación de la provincia, consideró que la temporada fue "aceptable en función de la situación nacional", con más de 310.000 visitantes y una ocupación hotelera promedio del 65%. Sin embargo, Adrián Alin, presidente de la Cámara Empresaria de Comercio, Industria, Turismo y Servicios de la Ciudad de Mendoza, señaló que "fue como una caricia, pero no alcanzó para los comercios relacionados al turismo". Las ventas en Mendoza bajaron casi un 40% desde febrero, y los comerciantes enfrentan recortes de gastos y despidos.

El bajo poder adquisitivo de los argentinos y el éxodo de turistas al exterior continúan agravando la crisis. Los actores del sector advierten sobre el impacto en otros rubros y la necesidad de medidas urgentes para sostener el empleo y recuperar la competitividad. El futuro del turismo argentino depende de la capacidad de adaptación y de políticas que permitan revertir la tendencia negativa que afecta a la industria desde hace más de un año y medio.