El hallazgo de los restos de Diego Fernández Lima, desaparecido en 1984, ha reabierto una investigación que sacude al barrio de Coghlan, en la Ciudad de Buenos Aires. El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) confirmó la identidad de los restos encontrados en una propiedad que perteneció a la familia Graf, tras más de cuatro décadas de incertidumbre.

La investigación se intensificó el 20 de mayo de 2025, cuando obreros que trabajaban en la medianera entre dos terrenos descubrieron huesos humanos. Las pericias forenses determinaron que la fosa donde fue enterrado Fernández Lima se encontraba en el terreno de los Graf, con dimensiones y orientación que sugieren un único evento de inhumación. El informe del EAAF descarta la posibilidad de que los restos hayan sido desplazados por filtraciones de agua, atribuyendo el movimiento de algunos fragmentos óseos a la remoción de suelos y maquinaria pesada utilizada en la obra.

Cristian Graf, principal sospechoso y excompañero de la víctima, sostiene su inocencia y argumenta que el cuerpo fue "plantado" en el terreno lindero, no en su propiedad. "No sé cómo llegó el cuerpo", declaró Graf en entrevistas televisivas, añadiendo que la situación ha generado un fuerte impacto mediático y personal. Su defensa insiste en que los límites del terreno eran diferentes en 1984 y que la prueba forense debe ser rebatida. El abogado Martín Díaz señaló: "Eso lo tenemos que demostrar, pero también el fiscal debe demostrar lo contrario. El fiscal puede decir, ‘tengo el equipo de antropología forense que dice que se encontraron los restos en el parque de la casa de Graf, pero, ¿cómo lo sabe si no sabemos en 1984 cuál era el límite del predio?’”.

El fiscal Martín López Perrando solicitó la indagatoria de Graf por encubrimiento agravado y supresión de evidencia, aunque reconoció que no fue posible determinar fehacientemente la autoría del homicidio. Testigos que participaron en la obra declararon que Graf mostró preocupación y control sobre los trabajos cercanos al lugar del hallazgo, lo que fue considerado relevante por la fiscalía.

La familia de Fernández Lima, que había denunciado la desaparición en democracia, expresó alivio por la identificación de los restos, aunque la autoría del crimen sigue sin esclarecerse. El caso, que involucra a una propiedad que perteneció al músico Gustavo Cerati, ha generado un renovado debate sobre la justicia y la memoria en la Argentina democrática. Las investigaciones continúan, mientras la sociedad espera respuestas definitivas sobre uno de los enigmas más prolongados de la historia policial reciente.