La muerte de Juan Andrés Barreiro en un hospital de Santa Fe esta semana volvió a poner en foco la violencia narco que afecta a la región. Barreiro, de 26 años, falleció tras permanecer siete años postrado como consecuencia de un brutal ataque ocurrido en la localidad de Barrancas, departamento San Jerónimo, en noviembre de 2018. El episodio, que dejó tres víctimas fatales, sigue sin esclarecerse y ningún responsable ha sido detenido hasta la fecha.

El ataque se produjo en una precaria casilla utilizada como quiosco y aguantadero en el barrio Norte de Barrancas. Según la investigación policial, el objetivo principal de los sicarios era asesinar a Damián “Gringo” Ferrer y Germán “El Alemán” Godoy, ambos oriundos de Carcarañá, en lo que se presume fue un ajuste de cuentas. Durante la madrugada, al menos dos hombres descendieron de un automóvil gris, patearon la puerta y abrieron fuego contra quienes se encontraban en el interior de la vivienda. Godoy recibió cuatro disparos y Ferrer murió tras recibir un tiro en la nuca. Barreiro, que entonces tenía 19 años, fue trasladado en estado crítico al Hospital Cullen de Santa Fe, donde el parte médico indicó que “un proyectil le atravesó el cráneo provocándole fracturas y lesiones a nivel encefálico”.

En el lugar también se encontraba Matías, amigo de Barreiro, quien logró escapar ileso tras huir en la moto de la víctima. Un vecino relató: “Me estaba bañando cuando escuché un auto que estacionaba. Bajaron y patearon la puerta a los gritos. Entonces empezaron los disparos en al menos tres secuencias”. La investigación halló ocho vainas servidas y dos proyectiles de calibres 9 milímetros y 11.25, además de un kilo de marihuana fraccionada para la venta, lo que confirmó las sospechas de venta de drogas en el lugar.

El impacto del ataque sacudió a la comunidad de Barrancas, generando temor y reacciones entre los vecinos, quienes llegaron a amenazar con incendiar la vivienda para evitar que fuera habitada nuevamente. A casi ocho años del hecho, la causa permanece sin avances significativos y la comunidad reclama mayor seguridad y justicia. La muerte de Barreiro, tras años de lucha por sobrevivir a las secuelas del ataque, reaviva el debate sobre la violencia narco y la impunidad en la provincia de Santa Fe.