La misión técnica del Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó su visita a Buenos Aires tras una semana de reuniones con autoridades argentinas, en el marco de la primera revisión del acuerdo de facilidades extendidas firmado en abril. Fuentes del organismo calificaron las conversaciones como "constructivas" y anticiparon que las negociaciones continuarán en los próximos días, con una delegación argentina encabezada por el viceministro de Economía, José Luis Daza, viajando a Washington para definir los próximos pasos.

El principal punto de debate fue la meta de acumulación de reservas en el Banco Central, objetivo que el Gobierno no logró cumplir. Economistas estiman un desvío de entre 4.100 y 4.500 millones de dólares respecto a lo pactado. Sin embargo, funcionarios como Daza y el vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning, defendieron la política oficial, asegurando que "sobran reservas" y que la situación es manejable gracias al acceso al mercado y a nuevas herramientas financieras. "No nos faltan reservas, sobran reservas. Macroeconómicamente no necesitamos más. No las vamos a usar", afirmó Werning en un evento reciente.

El FMI, por su parte, no exigirá correcciones inmediatas y se espera que otorgue un "waiver" (perdón) por el incumplimiento, permitiendo que el Gobierno mantenga la estabilidad hasta las elecciones de octubre. Esta postura, según analistas, responde tanto a consideraciones técnicas como políticas, en un contexto donde la Casa Rosada prioriza el equilibrio fiscal, la baja de inflación y la estabilidad cambiaria.

No obstante, persisten preocupaciones sobre el déficit de cuenta corriente, la caída de exportaciones y el impacto en la industria y el empleo. Empresarios y gobernadores han manifestado inquietud por la falta de reactivación y el aumento del desempleo, mientras que el Gobierno insiste en que el déficit externo es consecuencia de una mayor inversión y que la situación es transitoria.

Se espera que el FMI brinde más detalles sobre su evaluación en la próxima conferencia de prensa, mientras el Gobierno argentino busca consolidar el respaldo internacional y mantener la estabilidad económica en un año electoral clave.