El Área Metropolitana de Buenos Aires y varias provincias del centro y norte argentino enfrentaron en los últimos días un severo episodio de ciclogénesis, que generó lluvias intensas, inundaciones y ráfagas de viento de hasta 80 km/h. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) mantuvo alertas amarillas en Buenos Aires, Córdoba, La Pampa, Santa Fe y Entre Ríos, advirtiendo sobre posibles daños y riesgos de interrupción de actividades cotidianas.

El fenómeno, que comenzó a principios de la semana, alcanzó su punto máximo entre martes y miércoles, cuando en algunas zonas del AMBA se registraron precipitaciones superiores a 70 mm en menos de 24 horas, superando el promedio mensual de agosto. Las lluvias persistieron por más de 40 horas, provocando anegamientos en barrios como Escobar, Tigre, Villa Celina, Ituzaingó, Merlo, Moreno, Morón, Castelar, Quilmes, Lanús, Gerli, Remedios de Escalada y Avellaneda. Vecinos de estas zonas reportaron dificultades para movilizarse y daños materiales, reclamando obras para evitar inundaciones recurrentes. "Hoy un día perdido. No puedo salir de mi casa y si pedís un auto no quiere entrar al barrio", relató una vecina de Villa Celina.

El SMN informó que el sistema de baja presión se desplazó hacia el sudeste, alejándose de la región, pero advirtió que las condiciones seguirán inestables en el centro-este del país. Para el viernes se esperan nuevas lluvias y ráfagas de viento, especialmente en la provincia de Buenos Aires y el norte del país, mientras que el fin de semana se prevé una mejora con temperaturas mínimas de 5°C y máximas de 17°C.

La ciclogénesis, explican los meteorólogos, es la formación o intensificación de un sistema de baja presión atmosférica, proceso que genera persistentes ascensos de aire y mantiene la inestabilidad durante todo el episodio. Aunque este fenómeno suele ser más frecuente en otras estaciones, en esta ocasión se presentó en pleno invierno, intensificando el impacto sobre la región.

El SMN recomienda a la población mantenerse informada a través de los canales oficiales y tomar precauciones ante la posibilidad de nuevos eventos meteorológicos adversos. Las autoridades continúan monitoreando la situación y evaluando el impacto en las zonas más afectadas, mientras los vecinos esperan respuestas y soluciones estructurales para evitar futuras inundaciones.