Un estudiante de la carrera de Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires falleció el pasado viernes tras caer de un piso alto del edificio ubicado en la calle Uriburu al 900, en el barrio porteño de Recoleta. El joven, de entre 27 y 30 años, fue hallado en el pulmón de la escalera del subsuelo con heridas graves y trasladado de urgencia al Hospital Fernández, donde se constató su fallecimiento poco después.

La investigación judicial, a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 28, se encuentra bajo la carátula de "averiguación de muerte dudosa". Las autoridades aguardan los resultados de la autopsia y el análisis de las cámaras de seguridad del edificio para esclarecer las circunstancias del hecho. Por el momento, no se descarta ninguna hipótesis, incluyendo la posibilidad de un suicidio, mientras la causa permanece bajo secreto de sumario.

Según testimonios de familiares y compañeros, el estudiante sufría trastorno del espectro autista y había enfrentado situaciones de bullying y dificultades de integración en el ámbito universitario. Su hermana relató que el joven había desaprobado un examen ese día y que, en ocasiones anteriores, había pausado su cursada debido a conflictos con compañeros y docentes. "Todo el sistema falló. La UBA, nutrición, era nuestro mayor sueño. Hoy para mí es una pesadilla", expresó la hermana en declaraciones públicas.

La Facultad de Medicina de la UBA emitió un comunicado oficial expresando su pesar por el fallecimiento y decretando duelo institucional. Las autoridades remarcaron el compromiso de la universidad con el acompañamiento en salud mental y pusieron a disposición servicios de asistencia psicológica para la comunidad educativa. "Continuaremos fortaleciendo nuestras acciones de acompañamiento en lo concerniente a la salud mental", señalaron en el mensaje difundido.

El hecho generó un fuerte impacto en la comunidad universitaria, que reclama mayor atención a la salud mental y a la prevención del bullying en los espacios educativos. La noticia se expandió rápidamente entre estudiantes, docentes y trabajadores, quienes manifestaron su consternación y preocupación por las condiciones de contención en la institución. El caso reabre el debate sobre el abordaje de la salud mental en el ámbito académico y la necesidad de reforzar las políticas de prevención y acompañamiento.

Mientras avanza la investigación judicial, la comunidad educativa permanece a la espera de respuestas y medidas concretas que permitan evitar situaciones similares en el futuro.