El PRO bonaerense aprobó este viernes la conformación de un frente electoral junto a La Libertad Avanza (LLA) para competir en las elecciones provinciales del 7 de septiembre. La decisión, tomada en una asamblea partidaria en San Telmo, contó con la presencia de figuras clave como Cristian Ritondo, Néstor Grindetti y Diego Santilli, y fue respaldada por unanimidad entre los dirigentes presentes.

El acuerdo, que se formaliza a pocos días del cierre de alianzas, busca consolidar una alternativa opositora al peronismo-kirchnerismo en el principal distrito electoral del país. Según el comunicado del PRO, el objetivo es "frenar al populismo" y devolver "orden, seguridad y progreso" a los bonaerenses. La alianza llevará el nombre y los colores de La Libertad Avanza, reflejando el peso político que la fuerza de Javier Milei ha adquirido tras su victoria en la Ciudad de Buenos Aires.

Las negociaciones entre ambos espacios incluyeron compromisos para respetar la territorialidad de los intendentes del PRO en los municipios que gobiernan, especialmente en la conformación de listas para los concejos deliberantes. Sin embargo, el proceso no estuvo exento de tensiones: algunos intendentes y sectores del PRO manifestaron reservas sobre la distribución de lugares en las listas y el control de la marca, mientras que otros evalúan alternativas con el radicalismo y figuras como Emilio Monzó.

Desde el oficialismo nacional, la estrategia apunta a derrotar al peronismo en su bastión principal y respaldar las políticas económicas de Milei, en un contexto de creciente polarización y desafíos económicos. El peronismo, por su parte, se prepara para una elección que consideran crucial, con Axel Kicillof como principal referente y Cristina Kirchner en arresto domiciliario.

Analistas coinciden en que el resultado de las elecciones bonaerenses tendrá impacto en la política nacional, tanto en la gobernabilidad como en la proyección de candidaturas para 2027. El acuerdo entre el PRO y LLA es visto por algunos como una muestra de pragmatismo político, mientras que otros advierten sobre el riesgo de diluir la identidad partidaria en pos de la supervivencia electoral.