La reciente confirmación de la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos a Cristina Fernández de Kirchner por parte de la Corte Suprema ha provocado una fuerte reacción en el arco kirchnerista y peronista. El Movimiento Evita, junto a La Cámpora y el espacio de Juan Grabois, ha decidido intensificar su postura y convocar a una masiva movilización en apoyo a la exmandataria, prevista para este miércoles en Buenos Aires y otras ciudades del país.

Emilio Pérsico, líder del Movimiento Evita, expresó que la organización está detrás de la convocatoria y anticipó que será una de las movilizaciones más grandes de los últimos tiempos. "Estamos hablando con gobernadores, intendentes y sindicatos para que la marcha sea histórica", afirmó Pérsico, quien además desafió a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, al señalar que no cree que el Gobierno pueda aplicar el protocolo de seguridad ante una protesta de tal magnitud.

Por su parte, Leonardo Grosso, dirigente del Movimiento Evita, calificó a la Corte Suprema como un "nido de ratas" y sostuvo que la decisión judicial deja sin representación política a una parte importante de la sociedad argentina. Grosso advirtió que la ausencia de Cristina Kirchner en la contienda electoral no detendrá la movilización social y llamó a la unidad del peronismo en este contexto adverso.

En la misma línea, el concejal César Ríos, de Avellaneda, consideró que la democracia está "en riesgo" tras el fallo judicial y remarcó la necesidad de que el peronismo recupere fortaleza y unidad. "La única forma de defendernos es estando en la calle con el pueblo organizado", sostuvo Ríos.

La movilización se produce en un clima de alta tensión política y social, con el peronismo enfrentando un escenario electoral incierto y su principal figura fuera de competencia. El Gobierno nacional, por su parte, evalúa cómo responder ante la protesta, mientras sectores kirchneristas insisten en la denuncia de una "proscripción" política y llaman a la "resistencia". El desenlace de la jornada podría marcar un punto de inflexión en la dinámica política argentina, con posibles repercusiones en la estabilidad institucional y el futuro del peronismo.