El caso Nora Dalmasso, uno de los crímenes más resonantes y prolongados de la historia judicial argentina, vuelve a ocupar el centro de la escena tras el pedido de juicio contra Roberto Bárzola, parquetista señalado como presunto autor del asesinato ocurrido en noviembre de 2006 en Río Cuarto. La investigación, que durante casi dos décadas estuvo marcada por errores, desvíos y acusaciones infundadas contra la familia de la víctima, ha tomado un nuevo impulso gracias a la intervención del fiscal Pablo Jávega y la incorporación de pruebas de ADN.

Según el expediente, el material genético de Bárzola fue hallado en ocho ocasiones en el cinto de la bata con la que Nora Dalmasso fue asfixiada y una vez en la zona íntima de la víctima. Además, el parquetista admitió haber estado en la casa el día del crimen y proporcionó detalles de la escena que sólo alguien presente podría conocer. Estos elementos, que estuvieron disponibles desde el inicio de la causa, fueron ignorados por los primeros fiscales, quienes ahora enfrentan pedidos de destitución por mala praxis y violencia institucional.

La familia Dalmasso, que durante años fue objeto de sospechas y hostigamiento judicial, expresó su satisfacción por el avance de la investigación, aunque mantiene una esperanza moderada. Facundo Macarrón, hijo de Nora, destacó el trabajo del fiscal Jávega y señaló que "cualquier otro fiscal debería haber hecho esto antes", lamentando los años de sufrimiento y desconfianza hacia la Justicia. La abogada de la familia, Mariángeles Mussolini, consideró que las pruebas reunidas son suficientes para elevar la causa a juicio, aunque todo depende de la resolución sobre la prescripción.

Por su parte, la defensa de Bárzola insiste en que la causa está prescripta y reclama su sobreseimiento, argumentando que han pasado 19 años desde el hecho. El fiscal Jávega sostiene que la acción penal sigue vigente, ya que la familia fue apartada del proceso por investigaciones erróneas y no pudo ejercer sus derechos como herederos de la víctima.

El Tribunal Superior de Justicia de Córdoba deberá decidir si el caso puede avanzar hacia un juicio ordinario o, en su defecto, realizarse un juicio por la verdad. El desenlace de este proceso será clave para determinar si, tras casi dos décadas de incertidumbre, la familia Dalmasso podrá finalmente obtener justicia y cerrar una de las páginas más dolorosas de la historia judicial argentina.